NEUQUEN (AN).- A Alicia la esperaban hombres encapuchados que no le dieron tiempo para ingresar a lo de sus padres en calle Talero. La agarraron, le vendaron los ojos y la subieron a un auto. Cecilia aguardaba a su profesora en Irigoyen al 600, cuando un grupo de militares la sacó de la casa y también con los ojos vendados la arrojó sobre el piso de un auto. Mirta trabajaba en Bienestar Social en la actual Galería Española y fue sorprendida por civiles armados que irrumpieron en la oficina y la cargaron en un auto. Susana era la profesora de Cecilia y la capturaron al llegar a la casa. Su madre sólo tuvo tiempo para intentar ponerle un tapado sobre los hombros y tomar a los dos nietos que dejaba. A Arlene también la sacaron de lo de sus padres, quienes imploraron sin éxito saber a qué comisaría la llevaban. Graciela alcanzó a dejar a su hija de dos años en la vereda y con los vecinos. Junto a su marido fueron secuestrados en la casa donde vivían en Cutral Co.
Un 9 de junio de 1976, tres mujeres eran secuestradas en esta ciudad en un operativo montado por militares y policías de la última dictadura militar.
Días después, otras tres corrían la misma suerte en esta capital y en Cutral Co.
El gobernador Felipe Sapag había sido desalojado del gobierno tres meses antes. Su lugar lo ocupaba el coronel Eduardo Contreras Santillán.
Todas las mujeres tenían entre 21 y 26 años y nunca más regresaron. A la mayoría las vieron sobrevivientes de los centros de detención montados en esta capital -en el actual Batallón sobre la ruta 22- y en Bahía Blanca.
Hoy, 30 años después, integran el grupo de 21 personas detenidas-desaparecidas en esta provincia, a las que se suman otras doce en localidades del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. La lista no incluye a los oriundos de la región secuestrados en otras ciudades de la país.
Las vidas de estas seis mujeres fueron reconstruidas en una investigación realizada por Sara Mansilla, miembro de la Asamblea por los Derechos Humanos de Neuquén (APDH), a la que "Río Negro" accedió.
El trabajo lo efectuó en seis meses, plazo en el que entrevistó a familiares y amigos de las mujeres, y revisó los expedientes judiciales de la Cámara Federal de Bahía Blanca.
La investigación la dividió en etapas y la primer incluyó a las mujeres. La hizo con un solo objetivo: "En esta última década surgió una necesidad de la comunidad de darle identidad a los desaparecidos de acá", señaló en declaraciones a "Río Negro". También que el trabajo "no significa ir en contra de la consigna de la Madres de Plaza de Mayo de que son 30 mil hijos los desaparecidos, sino humanizar a los desaparecidos contando quiénes eran y qué hacían, para de esta forma quitarles el rótulo de subversivos que les pusieron, y darle la posibilidad a las generaciones más jóvenes -que manifestaron esta necesidad de saber más sobre ellos- de conocerlos. Porque cuando la comunidad te empieza a interpelar, tenés la obligación de dar las respuestas".
Todos estas desapariciones serán investigadas por la justicia Federal de Neuquén en el contexto de la reapertura de causas. Masilla afirmó que los militares imputados, acusados de los delitos de privación ilegítima de libertad y tormentos en 1987, son cuatro: "Contreras Santillán (fallecido); Oscar Reinhold; Mario Gómez Arena; y Luis Alberto Farías".