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Qué quedó de la maternidad tras la crisis de los '90

La década pasada "mató" al padre; lo que se sostuvo fue la madre, afirman.

Muchas padecen la revalorización que se hace del trabajo fuera de casa.

"Hay una revalorización de la figura materna en términos sociales y culturales, porque ante el arrasamiento de los últimos años, la madre no se fue", coinciden en decir los especialistas sociales.

La maternidad fue el vínculo humano que mayor resistencia opuso a los golpes de la crisis social y económica de los últimos años, afirmaron distintos especialistas al referirse al significado que adquiere el Día de la Madre en el contexto actual. La desocupación y la marginación fue anulando a muchos hombres en sus funciones tradicionales de sostenimiento del hogar, lo cual puso a menudo a la mujer en la obligación de enfrentar sola las necesidades de sus hijos y de la casa, evaluaron especialistas "Lo que hizo la década del 90 fue 'matar' al padre y desguazar al Estado. Lo que se sostuvo fue la madre", dijo a Télam Alejandro Sorgio, del Centro de Salud Mental "Manuela Pedraza" del Hospital Pirovano de la Capital Federal.

"Todo esto -añadió- lleva a una revalorización de la figura materna en términos sociales y culturales, porque ante el arrasamiento de los últimos años, la madre no se fue, se sostuvo" El especialista destacó que "el lugar de la madre está siempre, con deficiencias, crisis, limitaciones, imposibilidades, con costos a veces muy grandes, pero es muy raro ver casos de madres que abandonan ese lugar, mientras que el padre muchas veces no puede sostenerse y se va" Señaló que el momento actual está marcado por la crisis del padre, cuyo lugar está desvirtuado por las condiciones materiales y culturales. Entonces, "no puede intermediar en el vínculo entre madre e hijo", dijo. En este sentido, Sorgio explicó que cuando falta la presencia del padre, el chico queda sin ese referente que establece la ley, que pone los límites y que produce un corte en la relación simbiótica de la madre con su hijo. "El deseo de la madre, o las cuestiones que ella deposita en el niño, -precisó- tienen que estar mediadas por la función del padre para que el chico no quede atrapado en ese deseo, y así posibilitar su crecimiento"  

Miradas y roles diferentes

La ausencia de ese padre, según Sorgio, se nota en las clases desposeídas. "Son esos chicos que están con la madre y no hay ley que los sostenga; son esos chicos que están en la marginalidad", dijo Por su parte, la psicóloga clínica Nora Londeix, especializada en Programación Neurolingüística, sostuvo también que el papel de la madre "está muy revalorizado". "Es la que más plasticidad tuvo para enfrentar la crisis", dijo. Observó que hay hombres que se deprimen al ser corridos de su lugar de trabajo, pero "en cambio se ve a la mujer arremangarse para salir de cualquier manera". Subrayó a su vez que esa creatividad de la mujer en situación de crisis superó al varón, "y esto los adolescentes lo ven y lo revalorizan". En este plano, los hijos también hablan de madres diferentes Según Londeix, "hay una mirada diferente que aparece en el discurso de los chicos: 'mi mamá trabaja' o 'mi mamá es profesional', suelen decir, mientras en los casos en que es ama de casa la referencia sencillamente se dice 'mi mamá no hace nada'". "Ahí se ve también una estructura familiar muy diferente que revaloriza la actividad de la mujer fuera de la casa y no repara en las tareas del hogar", agregó. "De ahí que las mujeres que no trabajan fuera de su casa, acotó, entran en fuertes crisis con ellas mismas y con todo su entorno. Porque es algo que ellas mismas no valorizan y piensan que el resto tampoco lo hace" Este contexto remarca que si antes lo femenino era en general el lugar del "oído" y la "comprensión" para los hijos, "ahora la madre es también la que sustenta, la que da de comer", dijo en el marco de una situación que empieza a marcar una nueva tendencia. "Lo que no sabemos por el momento es cómo va a afectar esta situación a las futuras generaciones, porque esto es un replanteo de los roles femeninos y masculinos muy profundos. Estas nuevas generaciones no van a rigidizar tanto los vínculos", finalizó Londeix. (Télam)

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