Sábado 12 de julio de 2003

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"La peor condena es que les tendrá que explicar a sus hijos"

"No quería matarla, necesitaba que sobreviviera"

Cinco años de prisión para el hombre que intentó asesinar a su esposa

Los jueces, en fallo dividido, encontraron algunos atenuantes. El imputado seguirá libre hasta que la sentencia quede firme.

 

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Mario Garoglio faltó a la lectura de la sentencia. Su abogada anticipó que apelará.

NEUQUEN (AN)- Mario Edgardo Garoglio, el hombre que golpeó a su esposa Ivana Rosales hasta dejarla al borde de la muerte, la encerró en el baúl del auto y luego se entregó detenido, fue condenado ayer a 5 años de prisión por "homicidio agravado en grado de tentativa". Seguirá en libertad hasta que la sentencia quede firme.

Aunque los tres camaristas que dictaron sentencia expresaron taxativamente que no justificaban la conducta de Garoglio, el fallo desprende cierto aroma que se empeña en desmentirlos.

La resolución fue dividida. Los jueces José Andrada y Eduardo Badano consideraron que el hecho estuvo rodeado de "circunstancias extraordinarias" que hicieron menos grave el intento de homicidio. Así, coincidieron con la opinión del fiscal Alfredo Velasco Copello, quien había pedido apenas un poco más de condena: cinco años y medio.

El tercer integrante de la Cámara, Emilio Castro, se pronunció en disidencia: primero votó que no hubo intento de homicidio, y después señaló que si el intento de homicidio existió (como opinaron sus colegas dejándolo en minoría), no hay ningún atenuante, por lo que propuso 12 años de prisión para el autor (ver aparte).

Ni el imputado ni la víctima asistieron a la lectura de la sentencia que se realizó ayer al mediodía. Antes de conocer el fallo, Ivana Rosales habló con "Río Negro" y dijo: "la peor condena para él será tener que explicarle todos los días a sus hijos por qué quiso matar a su mamá" (ver aparte).

Garoglio (47 años) y Rosales (28) convivieron ocho años, los últimos tres casados legalmente, y tienen tres hijos. Se conocieron en un cabaret de Rincón de los Sauces que el hombre frecuentaba y en el que ella asegura que estuvo sólo dos semanas, sin ejercer nunca la prostitución.

Tuvieron una relación tormentosa hasta que el 18 de abril del año pasado, ella le comunicó que iba a dejarlo por otro hombre. Fue mientras tomaban un café frente a la terminal de colectivos. De regreso a Plottier, donde vivían, y cuando apenas habían pasado el aeropuerto, Garoglio intentó ahorcarla con un alambre a bordo del Ford Fiesta en el que se desplazaban. Ella simuló un desmayo y él la encerró en el baúl del auto.

Después descubrió que estaba viva, volvió a abrir la tapa del baúl y le destrozó el rostro a golpes de piedra mientras le decía: "yo voy preso pero vos no vivís más". A causa de esta segunda agresión Ivana se desmayó realmente.

Entonces su marido la encerró otra vez, condujo hasta su casa, besó a sus hijos y se entregó en la comisaría. Creía que en el baúl llevaba un cadáver.

Los jueces Andrada y Badano no tuvieron dudas respecto de la intención homicida de Garoglio.

"Desplegó la energía suficiente y realizó las acciones adecuadas para causar la muerte" (voto de Andrada). "La sucesión de actos de agresión extremadamente graves, cada uno de ellos apto para provocar la muerte, fundamentan, por sí solos, esa calificación" (de Badano).

La cuestión que despertó más controversia fue si existieron atenuantes para su conducta, lo que se vincula directamente con el monto de la pena. (Garoglio estaba acusado de tentativa de homicidio calificado por el vínculo, que tiene una pena mínima de diez años de prisión).

Dijo Andrada al respecto: "La confirmación de la infidelidad, y fundamentalmente el anuncio del abandono por otro, resultan un dato objetivo que bien pudo ser captado ofensivamente por el acusado, máxime si se tiene en cuenta el componente narcisista de su personalidad".

"En modo alguno ello da derechos ni justifica el avasallamiento de la integridad física del ofensor, pero cabe reconocer que la ofensa resulta ser la contrapartida del mismo vínculo que la misma ley penal considera para agravar la figura básica, esto es, el respeto mutuo que se deben ambos cónyuges", señaló el magistrado.

Razonó que Garoglio tuvo su reacción violenta porque Ivana había violado ese respeto mutuo, por lo que resulta razonable que se neutralice el agravante de homicidio calificado y se aplique la escala penal del homicidio simple.

Badano, por su parte, encontró atenuantes en las propias palabras de Ivana Rosales, quien describió así su actual relación con Garoglio: "es un negocio", en alusión a que le pasa dinero mensualmente.

"No se trata de aprobar o condenar el adulterio ni de justificar la reacción de Garoglio ante la comprobación final y definitiva, sino de valorar todas y cada una de las incidencias que rodearon al hecho", añadió el magistrado.

"La peor condena es que les tendrá que explicar a sus hijos"

"No quería matarla, necesitaba que sobreviviera"

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