Sábado 31 de mayo de 2003
  Los cien años de Niní
 
  Niní Marshall -llegada al mundo como Marina Esther Traverso-, figura insoslayable de la comedia argentina, mañana cumpliría 100 años. Amparada en la mágica maleabilidad del idioma inventó a Catita, Cándida, Doña Pola y Belarmina. Sacando provecho del absurdo, el error, el prejuicio y la superchería iluminó una época y marcó un destino para los cómicos de este país, que aún muestra sus huellas en los mejores exponentes del teatro "under" argentino.
Descendiente de asturianos, nacida en el barrio porteño de Caballito en 1903, huérfana de padre a los dos años, y con tres matrimonios a cuestas (Felipe Edelman, Marcelo Salcedo y Carmelo Santiago), Marshall debutó en la radio en 1934, obligada más por la necesidad de sostener un hogar que por una vocación irrenunciable.
Rápidamente, y a partir de la creación de Catita, Niní Marshall se convirtió en una de las estrellas de la radiofonía argentina, creando al mismo tiempo, con libros propios, una inestimable y lúcida galería de personajes cercanos y arquetípicos.
Su habilidad para reproducir el habla de distintos sectores sociales no fue siempre bien recibida, y en 1943 fue considerada "una deformación del idioma". Comenzaron las presiones que hicieron que Niní alguna vez se despidiera de la radio con un "hasta mañana, si nos dejan...". No hubo censura directa, pero en 1950 nadie la contrataba, se la consideraba enemiga del peronismo, y prefirió partir al exilio.
En México estuvo cinco años.
Niní Marshall filmó, entre 1938 y 1980, 37 largometrajes, algunos de ellos realizados en México, Cuba y España.
Su primer trabajo cinematográfico fue "Mujeres que trabajan", con el que ganó el reconocimiento no sólo en la Argentina, sino también en Chile, México y Puerto Rico. Su éxito en la pantalla grande fue tan fulminante
-así como había sido su aparición en la radiofonía- que entre 1939 y 1941 hizo nueve películas, en las que ella misa escribía los guiones de sus personajes.
La humorista alcanzó uno de los puntos más altos de su filmografía con una trilogía que hizo escuela en el humor argentino, integrada por los largometrajes "Hay que educar a Niní" (1940), "Yo quiero ser bataclana" (1941) y "Carmen" (1943).
Con el prestigioso Luis César Amadori hizo tres famosas parodias: "Carmen", "Madame Sans Gene" (por la que ganó el premio de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la República Argentina a la mejor actriz cómica del año) y "Mosquita muerta".
Su última aparición en cine fue en "¡Qué linda es mi familia!", junto a Luis Sandrini.
En el teatro también se ganó los aplausos de los argentinos. Como un hito de su creatividad quedará en la memoria "...Y se nos fue redepente", una propuesta de café concert que estrenó en Mar del Plata, que de tato en tanto repite Volver. Falleció en Buenos Aires el 18 de marzo de 1996 habiendo recibido innumerables distinciones y lauros. (Télam/AR).
   
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