Martes 18 de marzo de 2003 | ||||
Bush les dio a Saddam y su entorno 48 horas para dejar el país |
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El presidente de EE. UU. consideró que su país tiene respaldo legal suficiente para invadir Irak. Culpó a la falta de decisión de la ONU por el fracaso diplomático y alertó a su país por posibles ataques. |
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Habló sólo 15 minutos. Claro y conciso, sin metáforas ni medias tintas, Bush comunicó a sus ciudadanos y al mundo sus exigencias. "Saddam Hussein y sus hijos deben dejar Irak en 48 horas. Su negativa a hacerlo resultará en un conflicto militar, que comenzará en el momento de nuestra elección", dijo Bush en un mensaje dirigido desde la Casa Blanca. El presidente de EE.UU. avisó a los extranjeros que deben abandonar Irak de forma "inmediata" y se dirigió a los militares iraquíes para advertirles que no deben obedecer órdenes de activar armas de destrucción masiva ni destruir pozos de petróleo, porque esos son "crímenes de guerra" que serán juzgados, y no será defensa válida decir que "sólo estaba cumpliendo órdenes". También se dirigió a los civiles iraquíes para anunciarles que "el tiempo de su liberación está cercano", y que Estados Unidos los ayudará a construir "un Irak libre". Considerando que Saddam Hussein ha dicho y repetido que no dimitirá ni abandonará el país , sino que por el contrario impartió las órdenes necesarias para la defensa contra la invasión, todo parece preparado ahora para una nueva guerra. El anuncio de Bush de que atacará Irak con fuerzas de Estados Unidos y sus aliados llega después del fracaso de la vía diplomática en Naciones Unidas, en que América Latina tuvo un rol destacado. México y Chile, los dos miembros latinoamericanos del Consejo de Seguridad, se negaron a dar su voto a la resolución que impulsaban Washington, Londres y Madrid, que intentaba legitimar la guerra por parte de la comunidad internacional. Francia y Rusia insistieron en que vetarían el proyecto. Tras el fracaso de la diplomacia, los inspectores de armas de la ONU y otros extranjeros se disponían a evacuar Bagdad para escapar a lo que sería una devastadora campaña de bombardeos aéreos seguida por una invasión terrestre para matar o capturar a Hussein y poner fin a su gobierno. Estados Unidos y Gran Bretaña tienen una fuerza de 280.000 hombres listos para atacar y se espera que rápidamente logren superar las defensas iraquíes. No obstante, podrían encontrar serios desafíos si los iraquíes utilizan armas químicas o deciden defender a Bagdad casa por casa. El presidente aseguró que el ataque está legitimado por años de gestiones y por la resolución 1441 del Consejo de Seguridad, aprobada en noviembre por 15 votos a cero, que conminó a Saddam Hussein a cumplir las exigencias del desarme o a enfrentar "serias consecuencias". "Información de inteligencia reunida por éste y otros gobiernos no deja dudas de que el régimen de Iraq continúa en posesión de las armas más letales jamás creadas y sigue ocultándolas. Este régimen ya ha usado armas de exterminio contra los vecinos de Irak y contra su propia gente", agregó. Agregó que la diplomacia es un juego para Hussein, porque con ella gana tiempo, y fustigó al Consejo de Seguridad al indicar que "no ha cumplido con sus responsabilidades". En forma simultánea con el discurso del presidente, el gobierno federal aumentó el nivel de alerta de amarillo (elevado) a anaranjado (alto riesgo), debido a que que podría haber atentados terroristas Con o sin la legitimación de la comunidad internacional, la guerra está en camino. |
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