Domingo 23 de junio de 2002

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Puntos de vista

Nadie quiere perder la identidad de su pueblo

Una provincia fuerte atrae a los intendentes

 

La regionalización, vista por los intendentes de Río Negro y Neuquén

 

Todos coinciden en que es positivo, que se trata de una buena idea que servirá para todos. Pero, siempre hay un pero, al mismo tiempo entienden en que hay que trabajar mucho y esperar a que madure. La real integración no se dará de un día para otro y varios intendentes hasta están desinformados del proyecto. Lo cierto es que cuando se habla de fusión entre comunas, no aparece ningún intendente que diga concretamente que pretende eso para su localidad. Quiroga y Arriaga defienden la iniciativa con bastante énfasis, pero con diferentes matices que los que ponen sus pares Sarandría y Costanzo.

  Cautela, algún recelo y en otros casos entusiasmo, es lo que muestran los intendentes de las localidades de Río Negro y Neuquén, respecto de la integración regional y la posibilidad de hacer una sola provincia de las dos actuales. Sin embargo, el grueso de los consultados cree positiva una verdadera integración regional y patagónica.
Uno de los aspectos que sobresale en esta cuestión es que para muchos jefes comunales la iniciativa en realidad es un proyecto a largo plazo y las diferentes realidades de las dos provincias hacen más compleja la posibilidad de una integración real.
Distintas son las visiones del tema cuando se habla del aspecto económico y del desarrollo que traería una eventual integración y cuando se aborda desde el costado político. Es aquí justamente cuando surgen los recelos, porque sobre todo en las ciudades grandes, aparece un relativo temor a una posible pérdida de protagonismo. También es en este terreno cuando los intendentes se preguntan cuáles son las verdaderas intenciones y ambiciones de los gobernadores Jorge Sobisch y Pablo Verani.
Para evitar esta injerencia política en la integración económica, algunos sugieren que se puede avanzar en la suma de esfuerzos, pero sin la necesidad de unificar estructuras, porque de ser así sólo quedaría en la "mera reducción del Estado". "Si sólo significa achicar estructuras es un error", dijo el intendente roquense Ricardo Sarandría.
Julio Arriaga, de Cipolletti, calificó la iniciativa como "una idea renovadora", pero advirtió que algunos políticos cuando empiecen a perder privilegios, comenzarán a oponerse.
Su par de Viedma, Gustavo Costanzo, cree que es positivo, pero duda cuando al aspecto económico se le suma el político.
No es menor el número de jefes comunales que entiende que en realidad la regionalización entre municipios ya se está dando y que también están surgiendo datos interesantes sobre este acercamiento. Quieren decir que en realidad, una cosa es integración y otra distinta es conformar una nueva provincia.
Una gran mayoría entiende que hay que tomarse tiempo para definir esta cuestión y no dejar cabos sueltos. Creen que la ansiedad puede ser un factor contrario a la verdadera integración y que hablar de plebiscito es impensable todavía, cuando el grueso de los intendentes ni siquiera conoce seriamente de qué se trata la iniciativa.
Cuando hablan de integrarse, los jefes comunales en su mayoría sostienen que eso no significa unión de municipios y en realidad no se ve predisposición a fusionarse con su vecino.
Como en toda sociedad en formación, son varios los que dudan de quién será el más beneficiado. En este sentido los neuquinos creen que una integración le servirá más a Río Negro que a Neuquén. Hay mucho por hacer, coinciden.
(Redacción central)
   
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