Miércoles 19 de junio de 2002

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"Contrataron con mi empresa, no conmigo"

Qué opina cada municipio del programa de reforma

Altec, en la ruta del soborno 18-6-02 [nota]

Investigación:
Adrián Pecollo, Javier Lojo e Italo Pisani

 

Los particulares negocios de Altec

 

Altec fue contratada por Bahía Blanca para brindar el servicio de los parquímetros, aunque como ocurrió con Tecno Acción, la empresa barilochense cedió el negocio a otra firma de rango menor. Coincidentemente, la consultora del secretario de Hacienda de Bahía lleva a cabo el plan de reforma municipal en Río Negro. Para ello cobró 700.000 pesos, 500.000 de los cuales provinieron de Altec. La mayoría de los municipios se queja de los resultados del programa.

  Ayer, en la primera parte de la investigación, veíamos cómo la empresa del Estado rionegrino Altec -aun contando con una planta de 210 empleados de alta calificación tecnológica- transfiere a otras firmas casi todos los trabajos que logra por adjudicación directa. Es decir, Altec no sólo tiene el privilegio de obtener trabajos sin licitación por ser una empresa del Estado, sino también subcontrata en forma directa, como si fuera una empresa privada.
Además, factura millones pero no gana dinero. Y lo más sugestivo es que, entre sus contratistas está Tecno Acción, la empresa tecnológica ligada a Lotería que apareció pagando cheques de coimas a funcionarios rionegrinos, tal como lo investigó "Río Negro" y lo hace ahora la Justicia.
Sin embargo, Tecno Acción no es el único caso que demuestra que Altec actúa como una discreta pantalla para negocios particulares.
Estos favores tienen la venia de altos funcionarios del gobierno, que en algunos casos le dicen a Altec qué empresa debe subcontratar para ejecutar los trabajos.
En una entrevista que mantuvo con este diario, el presidente Guillermo Campbell negó enfáticamente que el gobernador Verani o alguno de sus ministros le digitase a Altec las subcontrataciones. Pero luego se contradijo al admitir que, para un trabajo específico, desde Economía y Gobierno "se nos dijo que había que contratar a una consultora" de Bahía Banca, cuyo responsable es Enrique Carlos Schivndt.
¿Quién es el consultor Schivndt, a quien Altec pagó cerca de medio millón de pesos, aparte de 200.000 que abonó el gobierno?
Se trata del secretario de Hacienda y Economía de la municipalidad de Bahía Blanca, con quien Altec firmó un acuerdo de informatización y capacitación de municipios rionegrinos, cuyos resultados son evaluados de distinta forma por las comunas: algunas los consideran positivos y otras decepcionantes. La mayoría no consigue aplicarlos (ver diagnóstico completo en pág. 22).
La contratación de la consultora de Schivndt, llamada "Editorial Estudios Municipales y de Administración SRL", no es apenas una demostración de incompatibilidad. Es algo más complejo.
Ocurre que Altec hizo, a su vez, negocios con la comuna bahiense para la instalación de parquímetros. Y los hizo bajo su corriente modalidad de subcontratar. Altec accede a la concesión de los parquímetros en forma directa (como en todos los casos), pero deriva casi el 70% de lo que le cobra al municipio a una empresa privada llamada Parsa S.A., cuyo gerente, Gustavo Damiani, es identificado por algunos como directivo de Altec (aunque en los libros no figuraría). Como ocurre con Tecno Acción y a los efectos del servicio que presta, se hace bastante confusa la distinción entre una firma y otra.
Todas las presunciones indican que hay un hilo conductor entre la adjudicación del contrato a Altec por los parquímetros y la adjudicación del convenio de informatización de los municipios a Schivndt.

Un consultor muy bien pago

Bajo el paraguas de la contratación directa, Altec administra dos millones de pesos de recursos de municipios destinados al programa de reforma y gestión. Un millón y medio los recibió en concepto de contratos de informatización (máquinas y software), pero el otro medio millón los derivó a la consultora, contratada para "capacitación y asistencia técnica".
El gobierno provincial se defiende señalando que el mecanismo tuvo el aval de los intendentes y que los programas permitieron avanzar en las reformas de los municipios. Pero, intenta liberarse de las responsabilidades cuando se particularizan fallas, como el hecho de que algunas comunas aún no recibieron el equipamiento prometido y cobrado por Altec o no pueden poner en marcha los programas. También se quejan de la calidad del servicio y los cursos dados por la consultora.
El presidente de Altec reconoce que "abonó unos 400.000" a la consultora de Schivndt pero se desligó de la contratación: "Se trata de una decisión derivada de Economía y Gobierno", se justificó. Lo mismo dice Schivndt, quien da a entender que le impusieron el contrato con Altec. "Yo no tenía nada que decir", se confiesa.
De modo que el gobierno entrega el trabajo a la consultora a través de Altec para eludir la compulsa pública, a la cual está obligada considerando el volumen de la contratación.
Los recursos para Altec y Schivndt se originan en dos fondos creados para las reformas comunales y retenidos directamente de la coparticipación a los municipios. Totalizan más de 700.000 pesos anuales. Uno lo administra el ministerio de Gobierno y el otro, Economía.
En líneas generales, esos instrumentos fueron avalados en diferentes asambleas de intendentes. Sobre la base de ese mandamiento, el gobierno de Río Negro firmó tres contratos: dos con Altec (uno por 459.000 pesos para tareas de consultorías que sirvió para abonar a Schivndt y otro por 1.508.000 pesos para equipamiento informático y carga de datos). El tercer contrato fue rubricado con Schivndt por 225.650 pesos por asistencia técnica y provisión de modelos de reglamentos administrativos.
Según el contrato mayor, Altec debía completar sus obligaciones a principios de este año entregando equipamiento de informática, de acuerdo con la complejidad de los municipios.
El ministerio de Gobierno afirma que el cumplimiento es casi total en las 34 comunas que están en el programa. No obstante, la realidad es otra ya que -por la queja de la mayoría de las comunas- es evidente cuán desproporcionado fue lo que se pagó al consultor en relación con lo poco que recibieron o pudieron hacer los municipios.
Ante "Río Negro", Schivndt aclaró que lo suyo nada tiene que ver con ejecutar las reformas sino capacitar y facilitar los instrumentos. Insistió en que los cambios dependen de las decisiones de las autoridades. Entregó un listado de innumerables carpetas, habló de decenas de cursos dictados y, además, aseguró que cargó programas demorados de computación cuya obligación era de Altec.
Lo cierto es que más de 700.000 pesos parecen honorarios bastante salados sólo para formular diagnósticos o dictar cursos.
Es dudoso el objeto de este contrato porque también puede aparecer como el premio a un funcionario que, si bien formalmente no intervino en la firma de la adjudicación de los parquímetros de Bahía Blanca, pudo haber ayudado para que este negocio se hiciera. Tratándose de una contratación que implicaba un gasto, debió haber intervenido el secretario de Hacienda, es decir el propio Schivndt. En este caso no lo hizo y el consultor argumenta que el expediente se tramitó en una cartera ajena a su área.

El negocio de los parquímetros

Veamos ahora en particular el negocio de los parquímetros.
Altec, contratada sin licitación por la municipalidad de Bahía Blanca para brindar el servicio de estacionamiento medido y pago, le entregó gran parte del negocio (casi el 70%) a otra empresa de menor capacidad técnica: Parsa S.A. Esta transferencia no figura en el contrato.
En 1994, el intendente radical Jaime Linares otorgó a Altec -en forma directa- el cobro del estacionamiento. El argumento fue su condición de empresa estatal. Seis empresas privadas se quedaron esperando la licitación. La reacción más crítica fue de la neuquina Secap, representante de Accent.
Altec instaló un sistema informatizado y garantizó al municipio un canon de 30.000 pesos mensuales, quedándose con un 10% del estacionamiento medido y un 25% de las multas.
La concesión tuvo un traspié judicial en el 2000 cuando el juez José Luis Ares declaró la inconstitucionalidad de la facultad de cobrar infracciones que el municipio de Bahía Blanca había cedido a Altec.
Entonces, el 26 de diciembre, Linares reformuló el contrato con Guillermo Campbell. El canon disminuyó pero también las obligaciones de Altec: la sociedad rionegrina mantiene el cobro por el equipamiento ya instalado, y también la venta y recarga de cospeles con los microchips. Se establece la vigencia hasta el 30 de noviembre de 2005, con la opción de una renovación por igual lapso.
El municipio bahiense abona a Altec unos 93.000 pesos mensuales. ¿Buen negocio para la empresa tecnológica barilochense? Tal vez lo sería, si no fuera porque Parsa S.A. adquirió gracias a Altec un rol central en el negocio. Esta sociedad privada recibe 63.000 pesos, es decir, el 68% del cobro de Altec al municipio bahiense. Sólo el 32% queda para Altec. En dinero significa que Parsa recibe 63.000 pesos de los 93.000 pesos que Altec cobra a la municipalidad de Bahía. Son 756.000 pesos por año y 3.780.000 pesos en los cinco años de contratación.
¿Cómo apareció Parsa, la intermediaria que se lleva la mejor tajada?
Ocurre que a partir del contrato original con la municipalidad de Bahía Blanca por el servicio de parquímetros, Altec subcontrata el 29 de junio de 1995 a Park S.A., que preside Gustavo Damiani.
Luego, el 23 de diciembre de 1997, Park S.A. transfiere ese contrato a Parsa S.A., que también preside Damiani. Esta cesión es aceptada por Altec.
Después de la declaración de inconstitucionalidad judicial, Altec y la municipalidad de Bahía suscriben un nuevo contrato en diciembre de 2000 por locación de equipos y gerenciamiento del sistema. Por eso, Altec y Parsa SA firman otro convenio que tiene por objeto subcontratar "el gerenciamiento" exclusivamente.
En consecuencia, Altec ofrece el capital completo (parquímetros y tecnología necesaria) y el mantenimiento importante, lo que compone el rubro alquiler, mientras que Parsa S.A. ofrece "el gerenciamiento". Este aporte -según el contrato- consiste en proveer oficinas, asumir sus gastos, el personal, el mantenimiento de equipos (sólo reparaciones menores) y tareas de venta y cobranzas de recaudación.
En Bahía pocos distinguen a Parsa de Altec. Ambas comparten el edificio de Soler 216. Casi un calco de lo que ocurre en Bariloche entre Altec y Tecno Acción en el negocio de la informatización del juego.
Según el Boletín Oficial de Buenos Aires, Parsa se forma el 15 de enero de 1999. La firma es presidida por Gustavo Damiani, acompañado por Raquel Beatriz Fermani.
El primero promovió el acercamiento de Campbell a Oscar Doria, a cargo de la secretaría de Gobierno donde se diseñó el marco legal de la contratación directa en favor de Altec.
¿De qué se ocupa Altec y qué lo diferencia de lo que hace Parsa en Bahía Blanca?
En junio del 2000, Damiani dijo a "La Nueva Provincia" que los inspectores de las calles son "empleados de Parsa de la que soy titular" y Parsa es "la administradora del sistema Altec". Sumando aún más confusión al tema, Campbell dice que el que gerencia el estacionamiento es Altec.
El contrato precisa que Altec es locadora del equipamiento del servicio ya instalado.

En síntesis...

El mismo negocio entre Altec y Tecno Acción, se reproduce entre Altec y Parsa. La que obtiene los contratos es Altec, pero los deriva a empresas menores que se llevan las ganancias. Como se dijo, estas subcontrataciones ocurren en el 93% de los negocios de Altec.
Altec pone todo el capital y hace el mantenimiento más importante en el servicio de los parquímetros y Parsa sólo pone oficinas, gente y hace arreglos menores... y obtiene las ganancias.
El gobierno le ordena a Altec que "contrate" un servicio de consultoría con un funcionario que, se presume, ayudó al negocio de los parquímetros. Y que le pague medio millón de pesos por unos cursos a municipios rionegrinos, la mayoría de los cuales, sin embargo, no pueden poner en marcha las reformas.
Así, una empresa de segundo orden cobra 756.000 anuales por "gerenciar" parquímetros y la consultora de un funcionario casi 700.000 por un servicio teórico.
Las comunas rionegrinas no han tenido la oportunidad de contrastar calidad de servicio en una compulsa de precios. Se ha impuesto al consultor, y se le ha ordenado a Altec que lo pague.

Foto 1: El negocio del estacionamiento medido en Bahía Blanca. Las ganancias se las lleva la empresa que subcontrató Altec.

Foto 2: Muchos confunden Parsa con Altec. Funciona en el mismo local.

Foto 3: Gustavo Damiani, titular de Parsa S.A.

   
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