Uno de los cuatro policías acusados mató al piquetero Santillán

Lo afirmó el procurador general de la Suprema Corte bonaerense. Solá descabezó a la cúpula de la Policía provincial. Duhalde criticó con dureza el accionar de los uniformados.

La justicia ordenó detener a cuatro policías, la cúpula de la Policía bonaerense fue destituida por el gobernador Solá y se produjeron fuertes cruces entre diversos sectores del justicialismo nacional y de la provincia de Buenos Aires, tras la difusión de las fotografías periodísticas que involucran a efectivos de la fuerza en los asesinatos.
A los contundentes testimonios logrados por dos reporteros gráficos y publicados en matutinos porteños se sumaron también imágenes del canal de noticias TN y las primeras declara- ciones de testigos de la represión que, en forma coincidente, señalan a hombres de la Policía bonaerense como implicados en la represión y el asesinato de los dos piqueteros muertos.
"El que mató a Darío Santillán no pudo haber sido otro que uno de los cuatro policías que aparecen en las fotos" de la cruenta represión, afirmó anoche el procurador general de la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, Eduardo Matías de la Cruz. "Esto fue un homicidio liso y llano", remató el funcionario judicial.
La difusión de las fotografías motivó un claro cambio en el discurso oficial que, en un primer momento, había responsabilizado a las organizaciones de piqueteros por los hechos del miércoles y que, tras la publicación de los testimonios, orientó las interpretaciones a un complot político cuyo objetivo final habría sido provocar otro "20 de diciembre" y precipitar la caída del presidente Eduardo Duhalde.
El mismo Duhalde, al hablar ayer en Zárate durante un acto por el Día de la Prefectura, calificó de "atroz cacería" policial contra los piqueteros a lo ocurrido el miércoles (ver aparte), cuando una brigada de la bonaerense, al mando del comisario Alfredo Franchiotti, fue involucrada en el asesinato de los piqueteros Darío Santillán, de 21 años, y Maximiliano Kosteki, de 25, en el hall de la estación Avellaneda.
Franchiotti y otro policía, Carlos Jesús Quevedo, fueron detenidos en los tribunales de Lomas de Zamora por orden del fiscal de esa ciudad, Juan José González, quien también pidió las capturas del suboficial Alejandro Acosta, del Comando de Patrullas y del cabo primero Lorenzo Colman, quienes aparecen vinculados con el trágico fin de la protesta piquetera.Hasta anoche Colman, no había sido localizado.
El gobernador Felipe Solá dispuso, primero, la intervención de la Departamental de Lomas de Zamora y, poco después, la remoción de la cúpula de la bonaerense, encabezada por su virtual titular, el comisario general Ricardo Degastaldi, y el subjefe de esa fuerza de seguridad, comisario general Edgardo Beltracci. En cambio rechazó la dimisión del ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Luis Genoud.
El hecho de que los estremecedores sucesos hubieran tenido como escenario el territorio bonaerense y, en particular, el conurbano sur, bastión político del propio Duhalde, activó la hipótesis de una maniobra de desestabilización organizada por sectores interesados en promover una eventual salida del orden institucional por la vía de la mano dura, entre los que se mencionó al menemismo y a la interna del PJ provincial. (Ver pág. 7)
El gobernador Solá, por su parte, reconoció que el policía Franchiotti, a quien el jueves interrogó sobre los sucesos, le "mintió", y lanzó una advertencia: la Policía "no tiene otra alternativa que subordinarse al poder político. Si sus jefes lo entienden así, bien, si no, cambiaremos los jefes". (ver aparte)
Las mentiras de Franchiotti fueron varias: cuando recién se conocían las primeras versiones sobre las muertes, dijo a los periodistas que él había llegado cuando Darío Santillán ya estaba herido; sostuvo que las muertes se debían a "balas de plomo", que los policías no poseían ya que sólo habían llevado bastones y balas de goma.
Las autopsias revelaron que Santillán y Kosteki, cayeron muertos, virtualmente fusilados, uno cerca del puente Pueyrredón y el otro dentro del hall de la estación ferroviaria de Avellaneda, ambos con heridas producidas por escopetas Itaka, de las que portaban los policías.
Kosteki había sido llevado, herido de muerte, hasta el hall de esa estación por sus compañeros. Santillán estaba inclinado sobre él, tratando de reconfortarlo mientras pedía a gritos una ambulancia, cuando, según testigos, irrumpió la policía y le pegó a mansalva, a sangre fría, un disparo en la espalda.
Santillán murió instantáneamente, y una foto que publicó ayer el diario Página 12 muestra a un policía con una amplia sonrisa, agachado junto al cadáver.
Otra fotografía, tomada por la agencia Télam cuando se desataban los incidentes, muestra a Santillán blandiendo un palo en actitud de enfrentamiento a pocos metros de Franchiotti.
Otras fotos muestran claramente al comisario Alfredo Franchiotti, Itaka en mano cerca de Santillán. (DyN/ Télam y Redacción Central).

Un herido en "estado crítico"

Uno de los ocho piqueteros internados en el hospital Fiorito tras los graves incidentes ocurridos el miércoles en Avellaneda se encuentra en terapia intensiva en "estado crítico, pero estable", se informó oficialmente.
El parte médico difundido en el nosocomio de Avellaneda consigna que continúan internados ocho piqueteros, dos de ellos en terapia intensiva y uno de ellos, el más joven de todos los heridos, en estado grave y con respirador. El otro manifestante que se encuentra en terapia intensiva, evoluciona bien y probablemente mañana será pasado a la sala de terapia intermedia. Los seis restantes siguen evolucionando bien, concluyó el parte.
Por otra parte los 33 manifestantes detenidos en las últimas horas mientras se dirigían hacia Plaza de Mayo para protestar por el doble crimen de los piqueteros perpetrado recuperaron ayer la libertad por orden del juez federal Jorge Luis Ballestero.
Fuentes judiciales dijeron que Ballestero inició un sumario por presunta "intimidación pública" pero otorgó la libertad a todos los detenidos.
Los 33 sospechosos fueron apresados el jueves en operativos efectuados por la policía en los accesos a la Capital Federal.
Los manifestantes portaban botellas, palos y cuchillos que fueron confiscados, dijeron las fuentes. (DyN)

Esperan las pericias balísticas

Los abogados de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional -que patrocinan a las familias de las víctimas- esperan los resultados de las pericias balísticas para esclarecer de qué arma partieron los disparos que terminaron con la vida de los jóvenes.
No obstante, hay dudas sobre la posibilidad de que ese trámite pueda hacerse con rapidez.
"Las víctimas tenían balas de Itaka de calibre 12.70 de escopeta, que es una munición que utiliza la policía, (pero) va a ser difícil saber de qué arma procedieron los disparos, porque en la escopeta no se puede determinar", admitió el abogado Claudio Pandolfi, de la CORREPI.
Los resultados de las autopsias fueron contundentes. Según indicaron fuentes judiciales, Kosteki sufrió "desgarro del pedículo pulmonar derecho", a raíz de un balazo recibido en el pecho, aunque también tenía lesiones en las piernas.
Santillán, en tanto, fue víctima de "heridas por proyectiles múltiples de arma de fuego tipo escopeta o similar".
De acuerdo a las fuentes, el joven recibió una perdigonada por la espalda, a la altura de la cintura, que le entró "completa" y todas las lesiones se habría desprendido entre 10 y 15 centímetros, lo cual indicaría que le dispararon a muy corta distancia. (DyN)

Foto: El piquetero Darío Santillán y el comisario Alfredo Franchiotti en el puente Pueyrredón, cuando comenzaron los incidentes.