Las relaciones de amistad están presentes ahora más que nunca

La actual crisis ha revalorizado a los amigos.

Los lazos de amistad, de distintos tipos de vínculos interpersonales no sanguíneos, están cada vez más presentes -incluso más que las familiares- y son más necesarios, según la opinión de especialistas, como un elemento que de algún modo hace de contrapeso a los pesares -y descontroles- sociales y económicos actuales, y a las transformaciones de la estructura familiar.
Este vínculo, donde existe algo que se comparte, un sentimiento, algún nivel de solidaridad e incondicionalidad, se transformó en un sostén fundamental en la vida concreta y cotidiana de las personas, a pesar del hiperindividualismo que también caracterizó a la pasada década de los noventa.
"Si eso entra en crisis ya no queda nada", dice Alfredo Moffat (cientista social) para reforzar la idea de amistad como un sentimiento muy presente en la actualidad, más allá de las distintas maneras de entender y construir este tipo de vínculo, para algunos de modo más superficial y para otros más profundo.
"No está en crisis porque precisamente hoy se busca mucho más relacionarse con gente con la que se puede compartir cosas, ideales, cuestionamientos, peleas, luchas en la calle, preocupaciones sectoriales; esto se ha ido incrementando últimamente; y de hecho tenemos una práctica más de amistades que familiar", añadió Moffat.
A su vez, la antropóloga e investigadora del Conicet en Rosario, María de los Angeles Sagastizabal, sostuvo que "la amistad conforma las redes que nos sostienen en épocas de crisis".
De esta manera coincidió con Moffat al afirmar que "estos vínculos no están en crisis en este momento tan dramático del país, creo que la amistad sigue estando muy presente porque conforma las respuestas que se construyen desde abajo a esta crisis desde arriba; muchas veces se pueden soportar estas cosas por los lazos de amistad y familiares".
"En este momento -continuó- el que se queda sin trabajo encuentra apoyo en las redes de amistad que tratan de abrirle otros espacios, de bancarlo, lo mismo con las y los amigos que se separan, con los padres que tienen problemas con sus hijos".
En tanto, para Irene Meler, psicoanalista coordinadora del Foro de Análisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, "en la sociedad contemporánea, los lazos sociales están muy afectados y deteriorados". "Esto se debe -agregó- a la concentración urbana que genera aglomeraciones grandes, pero con escasas oportunidades de interacción íntima, entonces la ciudad es mucha gente, pero que se comunica poco y mal, por eso hay dificultades para la sociabilidad". Para la psicoanalista, en la actualidad "hay un hambre de amistad que está insaciada, que es un problema social contemporáneo, porque además los lazos familiares no son tan estrechos como antes, y esto hace más necesaria la creación de fuentes de sociabilidad electivas".
En este sentido, los especialistas coinciden en que últimamente las personas se relacionan más o comparten más cosas con amigos, compañeros, vecinos, que con la propia familia.
No es que la familia no tenga importancia ni ejerza una influencia central en la vida de las personas, pero "los vínculos de amistad pesan más, y son estas relaciones, en sus distintos grados, las que de alguna manera lo van definiendo a uno", dijo la psicoanalista.
Las características de la familia actual llevan a ir privilegiando con el tiempo las relaciones elegidas; muchas personas se relacionan más con los amigos, con la gente con la que estudia, con la que trabaja, porque de alguna manera son los vínculos más directos e inmediatos.
Son en definitiva con quienes las personas pasan más tiempo, y esto indefectiblemente va generando otros círculos de vínculos, que a veces se consolidan.
No obstante, para la psicoanalista, el ámbito del trabajo es un espacio difícil para entablar amistades porque "hay competencias, interacción de intereses y es más difícil que surja la amistad porque una de las condiciones es que sea como gratuita, que no comprometa los intereses". "En general, cuando se cruzan intereses, la amistad se complica", precisó.
No obstante, los especialistas hacen hincapié en que la práctica de la amistad está bastante acentuada, pero Meler marca algunos aspectos de esta práctica que se vinculan con la familia.
"Se produce en muchos casos un traslado de los vínculos estereotipados de la familia a los lazos amistosos, como esa asociación de "vos sos como un hermano" o "el tío de mis hijos"; esto marca una confusión entre lazos primarios y elegidos, cuando son dos cosas completamente distintas", expresó Meler. "Esto se da muchas veces -continuó-, y no tendría por qué darse, porque se supone que son elegidas y que debería dar cierta posibilidad de cambiar de rol, de ponerse en distintos lugares".
Vínculos más profundos o más superficiales; mayor o menor capacidad para entablar amistades; amigos en los que se trasladan aspectos familiares; relaciones más libres e independientes, "todas derivan de una necesidad muy grande de que haya un otro que te entienda", destacó Meler.
Vínculos que derivan de la necesidad de que los sentimientos de una persona encuentren un significado en otra, en un otro que entiende y capta lo que aquel siente y piensa, un semejante cercano, solidario e incondicional, en sus distintos grados. "Y esto de sentir afecto -explicó la especialista- es una necesidad humana, no sólo se vive del amor erótico, sino que es necesario empatía y comunicación con otros, con personas elegidas, que te eligen, que podrían no estar, pero que desean estar, y ésa es la amistad".

Foto: Hoy se busca mucho más vincularse con la gente con la que se comparten luchas, ideales y preocupaciones que con quienes se tienen vínculos familiares. "Ellos contienen más", se dice.