Martes 6 de noviembre de 2001

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EE. UU. y talibanes polemizan por las bajas

 

Según los afganos, murieron 95 soldados y un espía.

  Washington y Kabul (Télam-SNI).- Las fuerzas militares estadounidenses creen que la milicia de los talibanes sufrió "sustanciales" pérdidas, dijo el portavoz del Pentágono, John Stufflebeem, mientras que el régimen gobernante en Afganistán sostuvo que murieron 95 efectivos norteamericanos y un estadounidense fue detenido por espionaje.
Las fuerzas militares estadounidenses trazaron ayer un nuevo balance positivo de sus operaciones en Afganistán, cuyo régimen de gobierno, en manos de los talibanes, aseguran haberle causado "sustanciales" pérdidas, según anunció el portavoz del Pentágono, John Stufflebeem.
Fortalecido por el respaldo que la suerte de "consejo de guerra" europeo reunido el domingo en Londres, para que los bombardeos continúen durante el mes de la celebración musulmana del Ramadán, Estados Unidos insistió ayer en que la continuidad de los ataques está asegurada.
"No bajaremos la guardia durante el Ramadán, tal como lo anunció (el secretario de Defensa), Donald Rumsfeld, porque eso sería darle a Al Qaeda la oportunidad para reagruparse", aseguró Stufflebeem.
Aviones estadounidenses castigaron ayer con dureza las posiciones talibanes a lo largo de la frontera con Tajikistán y de los frentes de Kunduz, Taloqán y Mazar i Sharif, mientras la Alianza del Norte anunció una gran ofensiva contra el régimen de Kabul.
Por otra parte, los talibanes acusaron al Pentágono, mediante un comunicado, de ocultar sus bajas e incluso de destrozar los cadáveres de sus muertos para evitar su identificación.
En la nota, enviada desde la embajada afgana en Islamabad, los talibanes afirmaron que "lamentamos que no hayamos podido devolver a sus familias los restos mortales de los soldados estadounidenses que fueron enviados aquí para morir".
Al mismo tiempo, Zaeef informó que un "espía estadounidense" detenido hace unos diez días, John Boltono o Mazhar Ayyub, murió ayer de una enfermedad en un hospital de la ciudad de Kandahar, y que su cadáver ha sido entregado a la Cruz Roja . Los talibanes insisten en que el hombre no fue torturado.
En tanto, bombas estadounidenses cayeron ayer sobre un hotel del centro de Kabul utilizado como base por los talibanes y mataron a varios milicianos islámicos, según testigos presenciales.
Las bombas aliadas cayeron sobre el hotel Baghi Bala, en el centro de la capital afgana, Kabul, que ayer volvió a ser escenario de intensos bombardeos.
Pobladores del lugar afirmaron que el ataque, realizado por helicópteros al amanecer, causó la muerte de combatientes talibanes que se encontraban en el lugar y destruyó un vehículo de los milicianos. Según informaciones facilitadas desde Kabul al diario paquistaní en lengua urdu, "Jang", al menos treinta combatientes del régimen integrista murieron ayer durante los bombardeos efectuados por los aviones B-52 sobre la capital.
Por otro lado, el ministro de Educación talibán, Amir Jan Muttaqi, afirmó que el régimen integrista está listo para "décadas" de guerra contra Estados Unidos y dijo que la campaña aérea se está pareciendo cada vez más a una "derrota".

La ONU descarta un protectorado

El rol de Estados Unidos en un hipotético futuro gobierno de Afganistán cobró ayer significativa importancia, tras el anuncio del secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien aseguró que el territorio afgano no será un protectorado.
En un reportaje concedido al periódico francés Le Figaro, Annan sostuvo que "la única forma de vencer al terrorismo es mediante una acción internacional común", cuya organización "debe ser llevada adelante en el seno de la ONU". Pero la misión de la ONU tiene un límite político-temporal: "estamos dispuestas a prestar asistencia técnica para administrar el país, pero no vamos a sustituir a las autoridades afganas", dijo Annan.
En tanto, el gobierno afgano advirtieron ayer de que se producirá una "catástrofe humanitaria" en Afganistán a menos que Naciones Unidas acuda en socorro de la población civil.
El embajador talibán en Islamabad, el "mullah" Abdul Salam Zaeef, indicó que el desastre será consecuencia de la combinación de la llegada del invierno, los bombardeos, el cierre de la frontera paquistaní".

Refugiados, heridos y temor en la frontera

La cercanía del invierno en Afganistán acerca también la catástrofe humanitaria tantas veces anunciada por las organizaciones internacionales, mientras en la retaguardia de la guerra hay cada vez más refugiados, heridos y desesperación.
Por el momento el pueblo de Torkham, sobre el célebre Khyber Pass, en la frontera entre Pakistán y Afganistán, está insólitamente tranquilo. Apenas un portal oxidado, apoyado en dos torrecitas de ladrillos, separa ambos países.
Del lado afgano hay una multitud de personas, en su mayoría niños, que se asoman del otro lado del alambre de púas. Más atrás, según las organizaciones humanitarias, hay cientos de miles de personas dispersas en los montes, que no pueden pasar por el cierre de las fronteras paquistaníes y no quieren tampoco volver atrás, temerosos de los bombardeos norteamericanos.
En el bazar, que antes de la guerra estaba animado por cientos de personas, hay pocas decenas de nómades, algunos curiosos y una gran cantidad de policías.
La noche cae pronto, el cielo azul de montaña del Khyber Pass se vuelve neblinoso y el aire se vuelve fríamente punzante.
Con la cercanía del invierno, crece el temor a la catástrofe humanitaria. Más de 100.000 personas ingresaron ilegalmente en Pakistán, y por ser clandestinos no tienen derecho a ninguna asistencia, mientras muchos otros -tal vez un millón o dos- están desprotegidos detrás de las fronteras.
"Aquí llegan sólo los casos más desesperados -dice un médico del hospital levantado a toda prisa por la Fundación de Abdul Sattar Edhi, el septuagenario activista humanitario paquistaní-, curamos a los que podemos, a los otros los mandamos a los hospitales de Peshawar".
Edhi y sus voluntarios organizaron un servicio de ambulancias capaz de transportar cien personas por día. "Aquí en el ambulatorio -dice el médico- realizamos operaciones urgentes, sobre todo amputaciones de miembros infectados. La semana pasada hicimos quince". "Algunos son heridos en los bombardeos -dice uno de los voluntarios de Edhi- pero muchos saltan sobre las minas mientras buscan pasar clandestinamente".
Más al norte, en las "agencias tribales" de Mohmand y de Bajaur, miles de pashtún están cruzando la frontera en grupos en sentido opuesto para combatir junto a los talibán.(ANSA)

Foto: Integrantes de la Alianza del Norte realizan una demostración de fuerza, mientras anuncian una "gran ofensiva" que se sigue aplazando.

     
     
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