Domingo 25 de noviembre de 2001
 

Presente y futuro de una semana emocionante

 

Ayer concluyó la Semana Musical Llao Llao.

 
Días de vino y rosas, cantaba Tom Waits hace unos cuantos años. Y ésta fue una semana para cantar, brindar por la sensibilidad propia y ajena y, sobre todo, para escuchar. Nadie vuelve a ser el mismo después de una experiencia de esta naturaleza. La ciudad de San Carlos de Bariloche no ha quedado excluida de la energía que produce el festival.
Si nos ponemos a repasar el programa veremos una selección impresionante. Algunos de los mejores de entre los mejores han pasado por la sala del Llao Llao.
Sólo para que sirva de apunte: "Cuarteto de Cuerdas Almerares", "El Trío Argentino", Susana Moncayo, Antonio De Raco, Atilio Stampone y su Quinteto, Horacio Lavandera, Rafael Gintoli y Paula Peluso, el Cuarteto de Cámara Cumcorde y Fernanda Morello. Más los sobresalientes créditos locales como "Sinapsis" y la Orquesta de Cámara juvenil "Cofradía".
El arte ha dado pelea en tiempos de crisis. Casualidad o no, resultaron horas de mucha actividad cultural. El domingo pasado se presentó aquí el Coro de Niños Huiliches de Chiloé, en una experiencia inédita en el país organizada por el Coro Melipal, y el viernes comenzó el encuentro de jazz en San Martín. La Semana Musical también ha demostrado capacidad de organización y tesón en tiempos que parecen más propicios para ocultarse que levantar cabeza.
En la medida que el festival amplíe su público de manera más clara hacia la juventud local, podrá decir que ha cumplido un objetivo trascendente. Por ahora ese objetivo -y cualquier festival cultural debe tenerlo como prioridad- es una deuda. Hubo jóvenes sí -chicos de "Cofradía" que asistieron a la mayoría de los recitales-, sentados junto a la ventana y sumamente respetuosos. Los vimos emocionarse en distintos momentos: ése es el mayor homenaje que la música clásica y el tango pueden recibir. El festival está definitivamente instalado como uno de los más importantes de Sudamérica en su rubro. Un logro que deberá dimensionarse desde muchos ángulos. Como dijo su director general, Martín Nijensohn, el encuentro es más de la gente que de quienes lo crearon.
La relación entre cultura y turismo es cada vez más fuerte. Es tiempo de poner las cosas en su lugar en los siempre confusos planes de desarrollo turístico-comercial de la ex Secretaría y el flamente Ministerio de Turismo. La Semana Musical es un ejemplo de coherencia a tomar en cuenta.
El viernes se presentaron en una noche conmovedora Rafael Gintoli y Paula Peluso, en tanto que ayer hicieron lo propio el Cuarteto de Cámara Cumcorde y la Orquesta de Cámara juvenil "Cofradía".
La música clásica tiene las mismas raíces que el rock, el pop, y el folclore. No debe perderse de vista el detalle. Algunas de sus obras fueron ejecutadas primero en los salones de la aristocracia francesa y otros en un colorido puticlub, pero ninguno hace más que reflejar los profundos sentimientos que viven en cada hombre y mujer de este golpeado planeta. La Semana tuvo momentos culminantes y quizás poco esperados: por intensidad el "Trío en re menor" de Mendelssohn por el "Trío Argentino", y por solidez y creatividad, la presentación de Atilio Stampone y su Quinteto, con la participación en un dúo estremecedor entre Stampone y Rafael Gintoli.
La idea no deja de inquietarnos: si en la crisis el festival se atrevió a tanto, ¿qué sucederá cuando festeje una cifra redonda?
En principio convocar a la juventud, esperamos.

Claudio Andrade

Foto: Atilio Stampone y Rafael Gintoli en uno de los momentos culminantes del festival.

   
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