Martes 7 de agosto de 2001
 

La creciente arrastró hacia Neuquén aves, roedores e insectos

 

Las primeras secuelas de las crecidas de los ríos empezaron a hacerse sentir en riberas neuquinas bajo la forma de patos, cisnes, roedores y hasta cuises que ahora ven extendido su hábitat.

  NEUQUEN (AN) - La crecida de los ríos Limay y Neuquén empujó de su hábitat a roedores, aves e insectos, muchos de los cuales, de un día para otro, aparecieron en patios e incluso dentro de viviendas de barrios cercanos a las riberas, para sorpresa y/o alarma de los vecinos.
La situación puso en alerta amarilla a la municipalidad de Neuquén, que prepara campañas de difusión y operativos de desratización en los lugares donde se instalaron las alimañas.
Los principales riesgos giran alrededor de las ratas y ratones, vectores de enfermedades tales como hantavirus y leptospirosis. También hay mucha preocupación por los efectos que causará la elevación de las napas freáticas y el consecuente colapso de los pozos ciegos y sistemas cloacales. Los temores, en este caso, son los posibles brotes de hepatitis.
"La dirección de Zoonosis y Vectores lleva adelante permanentes operativos de control de plagas, obviamente que esta situación nos lleva a prestar especial atención y reformular estrategias en áreas que no tienen problemas tales como la invasión de roedores", explicó el subsecretario de Gestión Ambiental, Carlos Roca.
El funcionario agregó que en el caso de las campañas contra las enfermedades la municipalidad está trabajando en conjunto con la subsecretaría de Salud de la provincia.
La situación pinta curiosos cuadros en los barrios aledaños al río Limay. Desde hace algunos días, por ejemplo, el patio de una vecina del barrio Río Grande es el escenario de arrumacos y juegos de una pareja de cuises que viven entre la leña, debajo de la parrillera.
A unos 300 metros, en un club, las aguas ocuparon una cancha de fútbol y otra de vóley, además del área de cámping. Allí se pueden ver patos, teros, garzas y biguás, entre otras aves aquerenciadas en el predio devenido en laguna. Roca comentó que hay especies, como los cuises, que no representan mayores problemas porque se trata de criaturas silvestres.

Roedores

Los riesgos van de la mano de las ratas y ratones que tienen actividad nocturna y hábitos domésticos (ver aparte).
Los vecinos de Jardines del Rey y Río Grande aseguran que también se incrementó la cantidad de insectos, los cuales posiblemente se multiplicarán apenas empiece a despedirse el invierno. "Se forman como si fueran pequeñas nubes de unos mosquitos muy chicos que nunca se habían visto por acá", explicó Mónica, una profesora del barrio Río Grande.
Los roedores practicaron una particular mudanza a partir de la crecida.
Dejaron los costados menos amables de lugares tales como las orillas de los asentamiento ubicados junto a los arroyos Durán y Villa María para instalarse en barrios residenciales.
Los inviernos no muy fríos y las inundaciones resultan dos excelentes condiciones para la multiplicación de los roedores, que son capaces de transmitir 243 enfermedades, entre las cuales se incluyen leptospirosis, hantavirus, parasitosis y fiebre hemorrágica. El contagio no sólo se produce por medio de mordeduras: los pelos, la orina, materia fecal y saliva de las ratas también son vías para la transmisión de enfermedades.
La presencia de ratas trae varios problemas asociados. No es casual que sean los principales animales objeto de investigación: a los roedores los afectan cosas muy parecidas que a los seres humanos.

Recomiendan limpieza

NEUQUEN (AN) - El jefe de control de Plagas de la municipalidad de Neuquén, Pablo Piccinini, explicó que más allá de cualquier tipo de fumigación "es fundamental que los vecinos mantengan la limpieza de sus terrenos".
Piccinini dijo que "en casi todas las casas, en el cuartito del fondo, están las tejas o los ladrillos que se guardan para obras que se harán dentro de 20 años: en esos lugares después aparecen las arañas viudas negras, las lauchas o las ratas".
"Lamentablemente, en la zona ribereña la gente tira todo tipo de basura: restos de comida y desperdicios en general que les sirven de alimento para los roedores y por otro lado también deja carcazas de lavarropas, caños, latas y otros elementos que les sirven de vivienda. Por eso, hay tanta cantidad de ratas y lauchas", describió Piccinini. El jefe de control de plagas de la comuna comentó que este tipo de roedores ya no existen en estado silvestre en la naturaleza: "tienen hábitos domésticos y viven en lugares donde está el hombre y con lo que indirectamente le entrega el hombre".
Piccinini cree que la crecida no traerá aparejado un aumento en la población de los insectos tales como mosquitos y jejenes. Es más, de acuerdo a su análisis previo, es posible que el fenómeno demore la invasión que cada año es más violenta. Con respecto a las aves, se limitó a decir que "es bueno que todavía las podamos ver, no representan ningún riesgo sanitario, sólo tendríamos que tratar de no correrlas".

foto: Patos, cisnes y otras aves se pasean ahora, impávidas, por lo que antes era tierra firme.

   
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