Domingo 24 de junio de 2001

 

El GNC se impone en la región para gastar menos y andar mucho más
 

Crece la cantidad de vehículos a gas comprimido en toda la zona.Existen 12 estaciones de servicio entre Río Negro y Neuquén.Es seguro, limpio y sale bastante más barato que la nafta y el gasoil.
  Las reservas de gas en la Argentina son el doble de las de petróleo. Y la ecuación se repite casi como un calco cuando se miran los precios del GNC y se los compara con los del gasoil o la nafta. El primero cuesta para un rendimiento equivalente, un 20 por ciento menos que el segundo y aproximadamente la tercera parte de lo que sale la nafta.
Los números son por demás tentadores a la hora de pensar en el bolsillo, y el atractivo es tan fuerte que poco a poco va conquistando usuarios que vencen los miedos y la resistencia a lo desconocido para sumarse a los que prefieren gastar menos utilizando una tecnología relativamente nueva.
Las cifras de vehículos con GNC en la Argentina todavía no son importantes, pero en los últimos tiempos crecieron a pasos agigantados, casi a la par de la instalación de las costosas estaciones de servicio que despachan el combustible.
Colocar un equipo, según de qué automotor se trate, puede variar de 750 a 3000 pesos en el caso de los camiones. (ver aparte)
Hasta el año pasado, en todo el país existían 870 estaciones de gas para un parque automotor de 579.000 vehículos, lo que representa un 10% del parque automotor de la Argentina. Se estima que un 60% de los que circulan son nafteros y el 30% restante son vehículos diesel.
En la región, por ejemplo, sólo una colocadora instaló en 10 años casi 6.000 equipos, mientras que el resto, un poco más nuevas en el rubro lo hicieron con una cifra menor. Se estima que en total en Río Negro y Neuquén existen unos 10.000 vehículos que funcionan con gas natural comprimido, los cuales deben revisar la instalación una vez al año y así conseguir la oblea que los autoriza a cargar el combustible.
Existen en Río Negro 7 estaciones de servicio en las ciudades principales, a las que hay que sumar cinco en Neuquén y una en Plottier. (ver infograma)
Como se ve, la distribución de estaciones proveedoras del combustible no son muchas y esa es, según los colocadores de equipos, la principal limitante. La mayoría de los que utilizan este combustible lo hacen en la ciudad, porque para grandes recorridos la autonomía (no mayor en el mejor de los casos a 230 kilómetros), no es suficiente entre estación y estación. Por ejemplo, desde Villa Regina hasta Santa Rosa en La Pampa, por La Japonesa, no hay estación de servicio para casi 500 kilómetros. Si el viaje es por la ruta 22, desde Regina no hay dónde cargar combustible hasta Bahía Blanca. De todos modos, se anuncia la inminente apertura de una estación en Choele Choel.
De este modo, quien quiere viajar sólo puede "disfrutar" del GNC una parte de su recorrido y el resto deberá hacerlo con nafta, con lo cual termina costando el viaje más que si fuera en un diesel.
Los números son los que mandan en los combustibles y los números son también los que definen la balanza a la hora de elegir el vehículo a comprar.
Mirando desde los combustibles, se advierte como el más barato al GNC, con ventajas y desventajas (ver aparte), después sigue el gasoil y finalmente la nafta. Sin embargo, con las nuevas medidas económicas anunciadas por el ministro Domingo Cavallo, cada vez es menor la brecha entre nafta y gas oil y cada vez más grande entre el GNC y el gasoil. Ni hablar de la diferencia entre el gas y la nafta.
La idea de Nación es achicar la diferencia entre el valor de la nafta y el gasoil para desalentar la compra de vehículos diesel. La diferencia entre un tipo de motor y el otro es de entre el 10 y el 20 por ciento. El mayor costo se compensaba con la diferencia en el combustible, aunque cada vez es menor. Hace algunos años un combustible costaba la mitad de lo que valía el otro.
Todo este concierto de precios termina desalentando a unos y alentando a otros. Sin embargo, en el fondo existen temores, muchos, no por que el GNC no sea seguro, sino porque aunque lleva varios años en los vehículos, la gran mayoría de los usuarios no lo conoce.
Los proveedores de equipos en la región sostienen que con instalaciones aprobadas no hubo ningún accidente en la zona y que a la hora de hacer comparaciones las estadísticas muestran como más peligrosa a la nafta. Los pocos accidentes con gas muestran que los vehículos tenían instalaciones precarias y en la mayoría de los casos tenían garrafas domésticas en lugar de los resistentes tubos de acero.
El parque de vehículos con GNC crece a pasos agigantados, al mismo tiempo que disminuyen los miedos de los usuarios. El GNC se posiciona como la alternativa no ya del futuro sino del momento.

Jorge Vergara
   
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