Sábado 28 de abril de 2001 | ||
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Confirmaron que el revólver es el arma homicida |
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Lo dijo el perito que hizo la pericia balística. Además hay una "alta probabilidad estadística" de que sea el revólver de la madre de Kielmasz. Otros testigos que declararon sobre el arma cierran el cuadro, según el criterio de la fiscalía. En la audiencia de ayer también se debatieron más hipótesis sobre la mecánica de los homicidios y la cantidad y calidad de sus autores. |
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CIPOLLETTI (AC)- El revólver calibre 22 corto marca Bagual que Claudio Kielmasz puso en manos de Ulises González fue utilizado para asesinar a las hermanas María Emilia y Paula. Y "la probabilidad estadística" de que sea el arma de la madre del imputado "es muy elevada". Así quedó confirmado ayer con la declaración de Enrique Prueger, quien hizo la pericia balística y obtuvo dos de los seis dígitos de la numeración, que fue borrada por Kielmasz en su lugar de trabajo. Según interpretaron ayer fuentes de la fiscalía, el arma quedó como "prueba sólida" en contra de Kielmasz. La defensa, en cambio, tiene otra visión: "nada nos garantiza que el arma no fue cambiada en algún momento", interpretó Gustavo Viecens. Este tramo de la declaración de Prueger fue lo saliente de la jornada de ayer en el juicio por el triple crimen. El licenciado en Criminalística ofreció además su hipótesis sobre cómo habrían sucedido los hechos, los lugares donde se habrían desarrollado, la cantidad y calidad de los participantes, la existencia o no de violación, y cuestionó las autopsias. También en este aspecto suscitó controversias: la parte acusadora apenas le formuló preguntas ("el testigo no es médico ni entomólogo; además para interpretar a la autopsia se citó a un forense de la Corte Suprema", explicó el fiscal Eduardo Scilipotti), pero la defensa se manifestó más que interesada con las opiniones de Prueger. Aunque él mismo admitió en un tramo de su extensa declaración: "no sé si lo elementos que reuní son suficientes; son los que tengo, los únicos que encontré". Todos los técnicos y policías que declararon en las últimas audiencias brindaron sus opiniones, aunque el mismo Tribunal consideró que "estamos haciendo preguntas que exceden lo que debe contestar un perito". La característica común es que pocas respuestas coinciden entre sí (ver aparte). Trabajo técnico Prueger explicó que para analizar el revólver utilizó una técnica italiana, filtros especiales de fabricación japonesa y fotografías de alta definición. El arma había pasado antes por las manos del por entonces perito de la policía provincial José Luis Fischer, quien le quitó el óxido y la secó con un secador de cabello común. "El calibre, el estriado y los defectos del cañón se corresponden con los cuatro proyectiles incriminados", explicó Prueger. Lo que hizo es sencillo de explicar: disparó el arma contra un artefacto llamado "recuperador de proyectiles", tomó esas balas y las comparó con las extraídas de los cadáveres de María Emilia y Paula. Puestos al microscopio, los plomos muestran improntas que se les graban cuando pasan por el cañón del arma. Es como una huella digital: por defectos de fabricación y por el uso, no hay dos cañones que dejen las mismas marcas en las balas. La defensa de Kielmasz hizo muchas preguntas sobre el proceso de fabricación de las armas, pero Prueger fue categórico: "el cañón de este revólver fue trabajado en caliente, y no quedan las mismas características en dos cañones aunque sean de la misma serie". Por otra parte, el perito trató de rescatar la numeración del arma y obtuvo "dos dígitos y medio", según explicó ayer: "empieza con 3 u 8, el segundo es un 3 y el sexto un 5". Según consta en la causa, la madre de Kielmasz compró el 4 de julio de 1986 un revólver calibre 22 corto marca Bagual cuyo número de serie era 337845. "La probabilidad estadística de que esa sea el arma (utilizada en los homicidios) es muy elevada", afirmó Prueger. Esta pericia se corrobora con otros datos. En la séptima audiencia, el pasado 16 de abril, Ricardo Rodríguez relató al Tribunal que Kielmasz le mostró un revólver de esas características. Fue en el corralón Yacopino, donde ambos trabajaban. "Me dijo que era de la madre y que le había borrado la numeración", declaró el testigo. Ese episodio ocurrió a fines de noviembre, en un día que no pudo precisar. Poco después de esa fecha, Kielmasz condujo a Ulises González hasta un desagüe donde estaba el revólver, mojado y envuelto n una bolsa. Le contó una historia sobre cómo se había enterado de que estaba allí que luego modificó por otras versiones. Hasta la defensa admite que después de los testimonios de ayer hay muy pocas dudas de que el arma incorporada a la causa es la utilizada en los crímenes. Ahora montará otra estrategia: demostrar que el revólver peritado por Prueger no es el mismo que Kielmasz le entregó a Ulises González. Fuertes críticas a Verani CIPOLLETTI (AC).- Los padres de Verónica Villar criticaron enérgicamente al gobernador Pablo Verani por no presentarse personalmente a declarar por el triple crimen. Manifestaron que "no tiene la voluntad de lograr un esclarecimiento profundo e integral del caso". |
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