Poca gente acompañó en la calle el reclamo de justicia

Apenas cien personas se manifestaron en la calle frente a la sede del Tribunal. El tránsito estuvo cortado en ese sector hasta que culminó la jornada de debate.

CIPOLLETTI (AC).- Pocas, muy pocas personas participaron de la concentración en reclamo de justicia que acompañó la primera audiencia del juicio oral por el triple crimen. La protesta en la calle que se preveía podría llegar a entorpecer el desarrollo del proceso se convirtió en una simple adhesión de algunos representantes de instituciones y estudiantes.
Fueron los universitarios los que le dieron mayor fuerza al reclamo. Cerca de las 10, cuando sobre la calle Belgrano había quedado como promedio un policía por manifestante, llegaron con bombos unos 70 estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación.
"Ellas no están para hablar ni defenderse, pero estamos nosotros. No nos callamos, no olvidamos. Nos movilizamos y reclamamos", decía la pancarta que encabezaba la marcha.
Los jóvenes venían cantando por la calle Belgrano, donde está la sede de los tribunales. Cuando los que estaban en la calle empezaron a descifrar la letra de las consignas que entonaban, se sumaron. Fue quizás el momento más tenso que se vivió afuera.
"Se sabía, se sabía, que a las chicas, las mató la policía", decían, mientras en las inmediaciones había unos 20 efectivos de la policía provincial. Cada uno se quedó en su puesto, inmutable.
Sólo unas 100 personas se llegaron a reunir. Fue hasta un cuarto intermedio del debate, que les permitió ingresar a varios, aprovechando también la poca concurrencia en la sala.
En el exterior quedaron representantes de la Corriente de Derechos Humanos, de la Unter, de la Coordinadora de Desocupados, del Movimiento Antipeaje y universitarios, entre otros. Algunos mantuvieron en alto sus carteles de reclamo; otros los colgaron sobre la malla metálica que se colocó para vallar el frente del edificio de Luz y Fuerza.
Familiares de las víctimas y allegados también dejaron sus mensajes a la vista, muy cerca de la puerta. "Precaución! Ud. ingresa a la provincia de la impunidad"; "Ni un minuto de paz hasta la hora de la verdad"; "No al juicio trucho", decían.
Mientras se realizó la audiencia, las calles Belgrano y Brown permanecieron cerradas al tránsito. Ni siquiera pudieron ingresar con sus vehículos los padres de los chicos que concurren a la escuela primaria 258, que funciona a media cuadra del salón de audiencias. Todos salieron caminando.
En realidad, el barrio cambió su rutina. Desde las 7.30 la Policía valló las calles y empezaron a llegar los distintos medios de prensa que cubrieron el juicio. Los móviles ocuparon el frente de la calle Belgrano al 900 y a medida que iban arribando familiares de las víctimas, abogados y defensores, el lugar se convirtió en un estudio de televisión y radio a cielo abierto.
También los vecinos tuvieron que aceptar las medidas que dispuso la policía para garantizar la seguridad, y oír durante varias horas los tambores de los estudiantes.
"Algo influyen los ruidos, pero bueno... Yo soy madre también y soy abuela. Ojalá esto sirva para algo", expresó Olga, una vecina del lugar.
Los tamboriles, sin embargo, sí molestaron a los jueces. El sonido -aunque amortiguado- se escuchaba desde adentro de la sala y generó comentarios.
El presidente del Tribunal, César López Meyer, dijo que "para desarrollar este juicio necesitamos una atmósfera de concentración. No queremos coartar el derecho a manifestar, pero si alguien tiene influencia sobre las personas que están afuera, que les diga que hagan bochinche en los cuartos intermedio. A este profundo drama humano, no queremos agregarle otro que puede producirse si ordenamos el desalojo compulsivo de la calle", dijo.
Sin embargo, nadie respondió ni se movió de su asiento. Los bombos siguieron sonando hasta el mediodía, momento en que se realizó el cuarto intermedio y culminó la concentración en la calle.

Foto: Los estudiantes de Educación, con bombos y pancartas, acompañaron los pedidos de justicia de los familiares de las víctimas.