SAN CARLOS DE BARILOCHE .- Un incendio forestal que comenzó en
un pinar del cerro Ventana entró ayer en los barrios Pilar I y II,
ubicados a 10 kilómetros del centro. Ante la mirada desesperada de
los vecinos arrasó varias viviendas y obligó a la evacuación
de más de 100 familias.
Una temperatura de 23 grados y fuertes vientos con ráfagas que
superaban los 80 kilómetros por hora no permitieron el inmediato
trabajo de los medios de ataque aéreo, y los esfuerzos encarados
por tierra fueron insuficientes frente la magnitud del incendio, de origen
intencional.
Los bomberos debieron trabajar inmersos en una muy densa humareda y soportando
una lluvia ardiente de tierra y cenizas que arrastradas por el viento cruzaban
los caminos y propagaban el fuego.
Personal del Splif, Parques Nacionales, la Brigada Municipal contra Incendios
y Bomberos de todos los cuerpos voluntarios de la ciudad luchaban contra
las llamas, evacuaban viviendas y enfriaban sectores en riesgo con camiones
cisterna.
Se vivieron escenas de pánico, angustia, bronca y tristeza en
el barrio Pilar I. El fuego fue avanzando a gran velocidad y subió
por los techos a las casas, mientras que los vecinos se negaban a abandonarlas.
De acuerdo a lo que informaron voceros del Splif, el fuego se habría
iniciado poco después del mediodía en un sector de la ladera
del cerro Ventana que utilizan como polígono de tiro a cielo abierto
los socios del Tiro Federal y miembros de instituciones armadas.
Algunos vecinos, sin embargo, reclamaban indignados contra la ineficiencia
de los brigadistas y las autoridades, asegurando que el incendio comenzó
el 31 por la tarde y no se preocuparon en controlarlo.
El fuerte viento que soplaba en dirección sur-este, ayudado por
la sequía que afecta a la región, neutralizó también
la eficacia de los medios de ataque terrestres y no permitió el trabajo
de helicópteros y aviones dispuestos para el decisivo ataque inicial.
El fuego se habría iniciado en un sector de coirones y otras especies
achaparradas, pero estalló en un pinar cercano y se volvió
incontrolable.
Las copas de los pinos se abrasaban en pocos segundos y enviaban una
enorme bocanada de fuego a varios metros de distancia, en una sucesión
dantesca que elevaba al cielo chispas y cenizas que azotaban a los curiosos,
subidos a la ruta 258. Para agilizar el operativo y profundizar la seguridad,
el Splif dispuso el corte de esta ruta -que une esta ciudad con El Bolsón-
y desvió el tránsito por Villa Arelauquen.
Los brigadistas retiraban garrafas y tubos de gas de las viviendas de
ambos barrios, aunque también cargaron colchones y muebles en algunos
camiones, pertenecientes a las familias que fueron convencidas de la necesidad
de evacuar sus domicilios.
Taxistas y automóviles particulares se sumaron a las tareas de
evacuación penetrando por el único camino hasta El Pilar II,
con riesgo de quedar encerrados entre dos fuegos si el incendio alcanzaba
a una forestación de pinos ubicada al Este del barrio.
A las 19 las autoridades reconocían que el incendio estaba descontrolado
y basaban sus esperanzas en favorables caprichos del viento, que estaría
encaminando las dos lenguas de fuego hacia un pedregal del cerro Ventana
y hacia una cantera abandonada, ubicada frente al Pilar I. Mientras analizaban
el origen del fuego, las autoridades comunales soportaban la queja de los
vecinos que los hacían responsables de la situación. |