El rally tiene un séxtuple campeón. El tremendo piloto francés Sebastien Loeb no abandona el trono y luego de vencer en el Gran Premio de Gran Bretaña se consagró una vez más. También Citroën se adueñó del campeonato de constructores.
Loeb, navegado como en toda su memorable campaña por su compatriota Daniel Elena, volvió a consagrarse, esta vez después de una apasionante definición del certamen donde llegó a Gales un punto abajo del finés Mikko Hirvonen, el piloto del equipo oficial Ford.
Cuando parecía que Hirvonen finalmente conseguiría arrebatarle el título, el galo tuvo una brillante primera etapa el pasado viernes, la ratificó el sábado y comenzó la última jornada con una ventaja de 30 segundos. Eso, sumado a la mala fortuna del escandinavo, al que se le levantó el capó luego de un salto en plena prueba especial y que lo obligó a detenerse en medio de la prueba, sirvieron para llegar al título.
Ésta fue la séptima victoria de la temporada para el francés y la 54ª de su incomparable campaña, incluidas dos seguidas en Gran Bretaña. La anterior fue a principios de mes en Cataluña, que le permitió a su equipo revalidar su corona de campeón mundial de constructores.
Loeb finalizó el mundial con 93 puntos, uno por encima de la dupla Mikko Hirvonen-Jarmo Lehtinen. Se trató del tercer título consecutivo con el Citroën C4 WRC, los tres anteriores los había conseguido al volante del Citroën Xsara WRC.
"La pelea fue tan intensa, hasta el final del último rally, algo que no se ve. Tuvimos altibajos durante el año, pero terminamos en la cima. Es una sensación increíble", dijo el múltiple ganador. "Ha sido una temporada increíble. Comenzamos la temporada en forma excelente y después perdimos en todas y acá llegamos a un punto de Mikko. Lo logramos al final y estoy realmente feliz, pero Mikko fue tremendo. Seguro que la lucha del año próximo será igual de dura´´, añadió Loeb.
El francés catalogó este título como el más difícil de todos. Las tenues posibilidades Hirvonen de darle alcance se disiparon a mitad de recorrido en la penúltima etapa cuando el capó de su Ford le jugó una mala pasada.
Loeb sigue siendo el gran dominador de los rallies. Durante mucho tiempo y hasta la segunda parte de la temporada que acabó se le consideró infalible, capaz de ganar en cualquier superficie: tierra, grava, hielo... pero en la segunda mitad del campeonato cometió algunos errores, que consiguió enmendar al final, sobre todo desde España, para continuar una gran racha que comenzó en el 2004.