Existe un grupo de plantas cuya vida está ligada indisolublemente al agua. Pero no ya por las necesidades de riego o humedad, sino sencillamente porque deben cultivarse y mantenerse bajo el agua o en la orilla de un espejo de agua.
La paisajista Rossana Campos Solari junto al arquitecto Miguel Montecinos Jeffs (profesionales con más de 20 años de experiencia) advierten que algunas especies se mantienen completamente sumergidas, mientras que otras se ubican sobre la orilla o en cercanías del estanque o piscina ecológica. Otras variedades, que quizás son las más utilizadas por su potencial decorativo, se caracterizan por contar con un sector subacuático y otro que sale a la superficie, generalmente permitiéndonos apreciar hermosas flores.
La más común, nenúfar, una planta acuática con hojas redondeadas que flotan en la superficie y flores esbeltas y elegantes. Otra especie interesante para el estanque es el papiro, de gran belleza pero muy sensible a los climas extremos. La cala, en tanto, es otra opción con mayor resistencia a las inclemencias.
Algunas de estas especies no necesitan de la tierra como sostén, y solamente flotan en el agua. La salvinia o la pistia son ejemplos de este grupo.