En el otro extremo de las predicciones sobre la tesis deflacionaria están quienes ven en la expansión monetaria de los países desarrollados el argumento para predecir una explosión inflacionaria a corto plazo. Los asiste la experiencia de que la política monetaria finalmente afecta la tasa de inflación, tanto más cuanto más expansiva sea esa política. Pero sus temores están exagerados pues la extraordinaria expansión monetaria de la Reserva Federal ha meramente satisfecho una demanda extraordinaria de activos líquidos originada en el pánico financiero pos-Lehman.
La Fed está atenta a que a medida que retorne la confianza deberá retirar paralelamente el excedente monetario generado en el 2009, y tiene instrumentos para hacerlo. Sus indicadores son la tasa de inflación, el nivel de empleo y la actividad económica, de acuerdo con los cuales irá revisando su política monetaria mes a mes.