Las ventas de granos y oleaginosas impulsaron fuertemente las exportaciones argentinas hacia China, lo que permitió a nuestro país cerrar los últimos años con saldos comerciales favorables.
Sin embargo, en el 2008 la reacción de los meses centrales del año fue tan pronunciada que ni alcanzó para compensar el constante crecimiento de las importaciones, y después de 8 años la Argentina vuelve a tener déficit con China.
Esta vez, la situación es estructuralmente diferente, ya que China no es el mismo país de la década del ´90. Su productividad ha crecido rápidamente frente a todos los países en el mundo, y sobre esta base ha fortalecido su inserción exportadora hasta el punto de convertirla en uno de los pilares de su economía. Las exportaciones argentinas a China en noviembre fueron de las más bajas del año, mientras que si bien las importaciones sufrieron una fuerte caída, mostraron mayor regularidad a lo largo del año, para finalmente definir una balanza en rojo. Desde la salida de la convertibilidad, el saldo comercial argentino con el gigante asiático fue netamente positivo. Sin embargo, las primeras estadísticas muestran que en el 2008 el déficit superará los u$s 500 millones.