–¿La población boliviana que llega a
la Patagonia hace escala previamente
por Buenos Aires?
–La situación ha ido cambiando; primero
fueron mucho a Buenos Aires y al
norte y en un momento empezaron a ver a
la Patagonia como un lugar más expectable
económicamente. Generalmente los
migrantes bolivianos en un alto porcentaje
tienden a quedarse en los lugares
donde migran. Quizá los primeros años
piensan en volver a Bolivia, pero después,
cuando ven que progresan, que sus
hijos van a la escuela, ya se hacen hinchas
de Boca o de River y se van quedando
aquí (risas). Cuando ven la posibilidad
de crecimiento económico
claramente, se quedan. La Argentina es
un país muy cautivante para nosotros.
–¿Cuál fue el año de mayor salida de
bolivianos de su país hacia la Argentina?
–Hubo un gran movimiento inmigratorio
antes de que se perfilara Evo en la
presidencia, con los gobiernos dictatoriales
y los neoliberales. Luego, cuando
Evo ganó las elecciones, se frenó un poco
la salida; por la misma confianza que tenemos
en nuestro presidente, esa inmigración
masiva se frenó un poco. Claro
que sigue registrándose migración, pero
ya no masiva.
–Decía que este país les resulta cautivante
a los bolivianos, ¿por qué cree que
eligen la Argentina?
–Por aspectos culturales e históricos
que siempre nos han unido, por una parte;
por la cuestión idiomática, que es una
cuestión de peso a la hora de dejar la patria,
y por la cercanía... por la situación
económica también. Para los que están
allí, a veces atrapados en una situación de
la que no pueden salir, tiene mucho valor
la experiencia que dan los que se han ido
y regresan con buenos resultados. La propaganda
de boca en boca, por cadenas, es
fundamental entre nuestros hermanos. La
Argentina es el país donde más bolivianos
viven; luego eligen Brasil y, en
tercer, término, países europeos.
–Pese a todos estos aspectos positivos,
a esa afinidad que menciona, en el país
se han registrado situaciones de discriminación
hacia bolivianos. ¿Usted recibe
denuncias de este tipo en su consulado?
–La discriminación es un tema bastante
delicado. Digamos que no hay discriminación
masiva ni activa. Sí hay discriminación
pasiva, como la restricción
del acceso de la educación y a los hospitales,
que en algunas regiones de la Patagonia
se ha dado. Concretamente se les
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El cónsul de ese país en la región destaca, más allá de problemas legales y
de discriminación, el proceso de “reatroalimentación” mediante el cual los
inmigrantes bolivianos se han integrado a la cultura local y aportado sus
tradiciones. Características y problemáticas de la comunidad en la zona.
UNA COLECTIVIDAD EN CRECIMIENTO
En la región patagónica hay 180.000 bolivianos, de los
cuales unos 50.000 se encuentran en el AltoValle de Río Negro
y Neuquén, una cifra importante y en crecimiento.
Durante los últimos años la presencia de inmigrantes de ese
país se hizo más visible, en productos, en comercios, en celebraciones
y pautas culturales que se han sumado al entramado
de etnias de la Patagonia. Debido a esta contundente presencia
de bolivianos en la región, hace un tiempo el cónsul general de
Bolivia en Argentina, José Alberto Gonzales, resolvió crear
una oficina consular que atendiera a su compatriotas del sur.Y
el 6 de agosto último asumió Juan Carlos Espinosa, abogado,
oriundo de Potosí. Su oficina se encuentra en Viedma pero
poco es lo que está allí puesto que recorre la Patagonia entera,
desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego, para acercar el consulado
a sus compatriotas.
Es un consulado itinerante”, explica con tono sereno y casi
en susurros, como lo hacen en su tierra. “La densidad de población
boliviana es muy importante en la Patagonia; en Comodoro
y Río Gallegos, un hermano boliviano ganó un premio de
horticultura, por la producción que logró en este sur. Esa característica
de trabajo de mis hermanos ha hecho que sean reconocidos
como horticultores pero también reconocidos en otros
oficios vinculados con la agricultura y la construcción; acá en
la zona de Allen hay horneros, ladrilleros y comerciantes”,
afirma con orgullo.
A días del referéndum celebrado en Bolivia y feliz por su resultado,
“Debates” habló con Juan Carlos Espinosa, abogado
de origen indígena que trabajó toda su vida para que se respeten
los derechos de la enorme diversidad de etnias que conviven
en su país. Espinosa se refirió a las características de los
migrantes bolivianos que llegan a esta región y sus diversas
problemáticas. limitado el acceso a la educación a bolivianos
porque no tienen la documentación.
También ha habido situaciones
tensas en lugares donde se acusa a los bolivianos
de venir a quitar el trabajo a los
residentes, sean éstos argentinos o chilenos.
En el aspecto laboral es un diario
competir. Hablaba con un hermano hornero
que contaba varias anécdotas al respecto,
de situaciones que han tenido que
atravesar para poder consolidarse en su
oficio. Pero esta puja por el trabajo parece
que se da en todos los lugares donde
hay inmigración, sobre todo en contextos
críticos mundiales como los actuales.
LIMITACIONES
–¿Cuáles son las problemáticas más
graves y constantes que registra de sus
compatriotas?
–La primera demanda que atendemos
es referente a la documentación. Muchas
veces la falta de documentación limita,
retarda o dificulta la inserción de mis hermanos.
Hay casos puntuales de bolivianos
que pasan la frontera sin pasar por
Migraciones, en muchos casos no porque
quieran hacerlo sino porque les falta
orientación de cómo se deben hacer esos
trámites. Pero hay otros casos en que, ya
estando dentro de la Argentina y pese a
que pasaron por Migraciones, tienen problemas
con los trámites que siguen por su
documentación acá. Recientemente
hemos hecho presentaciones en la Cancillería
para que se acelerara este tipo de
gestiones; incluso dentro de los países del
Mercosur debemos crear políticas que
aceiten los mecanismos para facilitar los
papeles. Pero bueno, son procesos lentos;
mientras tanto debemos responder nosotros
a esos problemas. En segundo término,
intervenimos en situaciones en las
que se restringe el acceso a la salud o a la
educación. En muchos casos hay instituciones
que no quieren ejercitar lo que
plantean las mismas leyes argentinas y
exigen algunos documentos más que los
que exige Migraciones; por ejemplo, les
exigen el DNI para cursar materias en
universidades y si no lo tienen en determinado
tiempo les suspenden la matrícula.
Pasa también que algunas escuelas
se niegan a dar certificados académicos a
niños que han asistido, por falta de documentación.
En muchos casos se dan
enormes dificultades económicas para
poder realizar todos los documentos que
requieren y quedan con la documentación
precaria de Migraciones, les dan un
turno en el Registro Civil para dos meses
más tarde y a veces están dos o tres años
esperando que salgan sus papeles y esto
los llena de complicaciones porque la documentación
precaria no siempre sirve.
–¿Qué lugares de la Patagonia eligen
preferentemente?
–La elección del lugar donde establecerse
se da mucho por cadenas: un pariente
llama a otro, un conocido llama a
otro y eligen el lugar donde tienen a sus
conocidos. La mayor concentración de
bolivianos está en Río Negro y Neuquén,
pero ha crecido de forma sostenida en
Puerto Madryn, Comodoro, Trelew, Río
Gallegos, Ushuaia. Pero bueno, siguiendo
esa lógica, las cadenas hacen
que, en proporción, se radiquen en los lugares
donde hay una experiencia que alguien
les transmitió.
–¿Cuáles son los principales oficios
que desarrollan en esta región?
–De acuerdo con la zona. Aquí en los
valles, horticultura, pero también están
en comercio de prendas; en Allen y Valle
Medio hay muchos horneros, ladrilleros
y, claro,muchos en la construcción.
–¿Sufren mucho el desarraigo?
–Es una situación bien difícil trasplantarse
a una nueva sociedad, pero en Argentina
ocurrió que nuestra comunidad
ha ido creciendo y eso ayuda al que recién
llega; sufre menos el desarraigo.
Además nuestra presencia ha ido trayendo
nuestra cultura y se da un proceso
inverso, de retroalimentación; nosotros
también conocemos una nueva cultura al
llegar y al mismo tiempo los receptores
conocen las nuestras. Aquí se expresa
también nuestra propia diversidad como
pueblo, con todas nuestras etnias y religiones.
En la Patagonia hay una gran diversidad
y en esa diversidad estamos nosotros.
Donde hay importante número de
bolivianos, ya reconocen algunas de
nuestras festividades y cosas por el estilo.
Aquí la Fiesta de la Virgen de Urkupiña,
en Viedma se celebra el Inti Raymi
(Fiesta del Sol) durante tres días, y ya es
parte de la sociedad de Viedma; en Madryn
también tenemos celebraciones que
cada vez se hacen más populares. Hay
agrupaciones de danzas que bailan la
Danza de los Totorales, por ejemplo, que
es una danza muy sensual de nuestra
tierra y que gusta mucho aquí.
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