Huincul, la localidad que surgió a raíz de la actividad petrolera, transita hoy un panorama que no es fácil si se lo evalúa en el medio de la crisis de la industria que es el motor económico. Las negociaciones que se llevan adelante por estos días entre las operadoras, las empresas de servicios petroleros y los sindicatos concitan la atención de las autoridades, los propios implicados y los vecinos en general.
La denominada "crisis" en la industria petrolera, que para algunos estamentos oficiales está "simulada" y por lo tanto "no es tal", genera no poca preocupación entre los dueños de las empresas de servicios petroleros y entre los trabajadores que dependen del enorme motor petrolero.
La mayoría de las empresas que surgieron luego del proceso de privatización de YPF, y que lograron afrontar los más fuertes embates económicos de los últimos años, pelean hoy por permanecer de pie y salvaguardar las fuentes laborales.
Las autoridades se ven involucradas en el conflicto porque conocen la situación y saben cuáles son los carriles que se transitó años atrás e hizo trepar los índices de la desocupación a valores históricos y nunca antes observados. Es por eso que también resolvieron hacer, en la medida de sus posibilidades, algunas gestiones para encaminar las vías de solución.
Más allá de los vecinos que se desempeñan de manera directa en las operadoras, hay una importante franja que está incorporada en los emprendimientos de servicios. Y la cifra no es menor porque se trata de algo más de 30 empresas que se nuclearon en CEIPA -Cámara de Emprendimientos Industriales, Petroleros y Afines- que se traducen en alrededor de 2.000 fuentes de trabajo.
Desde el sector empresarial la luz de alerta la encendieron en noviembre pasado y desde entonces tratan de evitar la pérdida del trabajo.
Este sector pelea para que se mantenga el nivel de ocupación y no llegar a la quiebra de las empresas. En ese contexto, también participan los gremios del Petróleo y Gas Privado y de Jerárquicos que busca un manto de protección para sus afiliados.
También están las empresas que sin tener contratos de manera directa con las operadoras que están a cargo de los yacimientos, pero que cumplen funciones en el sector, como lo es el servicio de catering, de limpieza, los hoteles, los lavaderos de automóviles, las lavanderías, sólo por mencionar algunos.
Y si el motor que mueve la economía local se resiente, casi de inmediato empiezan a verse afectados el resto de los sectores.
En ese contexto el comercio es otro de los damnificados. Desde la cámara cutralquense, por ejemplo, se menciona que la caída de las ventas que se observó ronda el 30%.
Sin embargo, a pesar del difícil panorama, existe optimismo de que la situación se encarrilará y se podrá pasar la tormenta sin que se sufran demasiados daños, o al menos que esos daños no sean irreversibles.