Hoy, en el día del cumpleaños 106 de la localidad se izará por primera vez la bandera oficial de la ciudad de Neuquén. A la vez, el escudo municipal creado por Mario Aldo Mástice, bajo el seudónimo de "Ñancu", cumplirá 31 años de existencia.
Ambos símbolos fueron creados por concursos abiertos en los que los propios neuquinos tuvieron la posibilidad de ser los diseñadores de los símbolos que hoy representan a la ciudad en todos los niveles.
En ambos diseños hay rasgos comunes tales como los colores que representan el federalismo y trazan una unión con la bandera nacional, como la presencia de la confluencia de los ríos, que se destaca como principal característica de la ciudad.
En el escudo, su autor intentó aunar las características más resonantes de la ciudad, con su concepción del pasado y su mirada del futuro.
En la heráldica del símbolo se destaca que "las dos cintas celestes que descienden ondulantes de los extremos del campo inferior, son los ríos Limay y Neuquén, en cuya confluencia nació la Ciudad".
Respecto del pasado el creador sostiene que son la flecha y el sable los elementos que lo simbolizan. Con ellos se refiere al "bravo indio que habitó este suelo y el sufrido soldado que trajo la civilización con la conquista del desierto".
Para destacar la "labor de los pioneros y sus descendientes" Mástice optó por representar el monolito, que recuerda la fundación de la ciudad, y un centro en color azul que "significa el trabajo por dominar el desierto y transformarlo".
En cuanto al futuro el autor propone la representación de un cielo puro con un sol brillando en lo alto "augurando un venturoso porvenir".
Respecto de los laureles, Mástice sostiene que "son la gloria de un pasado, un presente digno de ello y la seguridad de alcanzar el sueño de la ciudad esperada: la capital del Neuquén".
La bandera
En la recientemente creada bandera Carlos Alberto Juárez, su autor, intentó expresar "el sentimiento de pertenencia de Neuquén a una parte y a un todo que nos identifica y une".
Por ese motivo es que eligió para su diseño los colores de las banderas nacional y provincial, afianzando así el sentimiento de pertenencia de la ciudad.
La simpleza y la solidez del diseño de Juárez hicieron que la elección de la bandera ganadora del concurso sea un asunto sencillo, según consideró el jurado.
La insignia está conformada por dos bandas blancas ondulantes, que simbolizan la confluencia de los ríos donde se emplaza la ciudad.
El autor en la fundamentación del diseño destacó que el concepto de "confluencia" está entendido, en el trabajo, como "valor de confluencia cívica, política, social y cultural que la ciudad sintetiza" y no sólo como un aspecto geográfico.
Además, Juárez sostuvo que las dos bandas ondulantes que se unen en un punto de confluencia "sugieren las ideas de libertad, dinamismo y cambio".
Agregó sobre este concepto que esos elementos, a su parecer, "caracterizan a la ciudad de Neuquén".