WASHINGTON.- El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer en Washington la "solvencia" y "solidez" de la economía de su país y animó a los empresarios estadounidenses a que "confíen" e "inviertan" en España. "Les estimulo a que inviertan y confíen en España y a que vean nuestro gobierno como impulsor de una economía innovadora europea y eficiente", dijo Zapatero durante un almuerzo en la Cámara de Comercio estadounidense, según fuentes de la Moncloa.
Zapatero señaló que su gobierno desea una "nueva oleada" de inversiones norteamericanas en España, y aseguró que su país ha dado "un salto espectacular en modernización " y que "recibe muy bien" las inversiones estadounidenses. A la par aseguró que pese a la fuerte recesión que asuela a su país, en España "la deuda es razonable y se va a garantizar la buena calificación de España como país solvente", además de subrayar que goza de un tejido empresarial "internacionalizado".
Zapatero "tuvo la oportunidad de charlar" brevemente con el presidente Barack Obama, en el "desayuno nacional de oración" al que asistieron ambos en Washington, confirmó un funcionario de la Casa Blanca . Obama "expresó que era bueno que el presidente Zapatero haya venido a Estados Unidos y que quiere seguir desarrollando buenas relaciones con España porque hay intereses en común", explicó la fuente, que citó entre esos intereses compartidos "Afganistán, la lucha contra el terrorismo, el cambio climático y la economía mundial".
Zapatero defendió la libertad, la tolerancia, la integración y el respeto a los inmigrantes en su discurso, en el que también destacó su "compromiso" para crear más empleo, en un guiño al principal problema de la economía española y también estadounidense. "Hoy mi plegaria quiere reivindicar el derecho de cada persona, en cualquier lugar del mundo, a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien (...) reivindicar la libertad de todos para vivir su propia vida, para vivir con la persona amada y para crear y cuidar a su entorno familiar, mereciendo respeto por ello", afirmó el agnóstico declarado Zapatero.