El año apenas ha comenzado, pero para José Luis Rodríguez Zapatero ya está siendo un "annus horribilis". España no termina de salir de la peor crisis económica vivida en décadas, y eso está pasando factura al presidente del gobierno, que atraviesa su peor momento político desde que llegó al poder en el 2004.
Fustigado por una oposición que por primera vez amenazó en voz alta con una moción de censura en el Congreso para forzar su dimisión, Zapatero además pierde cada vez más apoyos en la población. Según una encuesta el conservador Partido Popular (PP) amplió su ventaja electoral sobre los socialistas hasta los 3,8 puntos.
A Zapatero incluso le salieron críticos en las propias filas: el dirigente socialista y presidente del gobierno de Castilla-La Mancha, José María Barreda, lo emplazó días atrás a remodelar el gobierno y a eliminar Ministerios para ahorrar en gastos.
La crisis económica, con un déficit público y una deuda pública que no deja de crecer y un récord de desempleados que ya supera los cuatro millones de personas, no sólo preocupa ya en España. Incluso el premio Nobel de Economía estadounidense Paul Krugman considera que España vive "un colapso económico". En sus palabras, "la mayor dificultad de la eurozona no es Grecia, sino España" advirtió en su blog del "The New York Times". Pero a la poca credibilidad económica se unen torpezas políticas: hace poco, el gobierno anunció una medida que de hecho rebajaba las futuras prestaciones a los jubilados. Fue tal la indignación nacional, que se vio obligado a rectificar. Ayer Zapatero intentó convencer al presidente de EE. UU. para que visite España. Porque Obama es responsable de otro golpe político al jefe del gobierno español: canceló su asistencia a la cumbre UE-EE. UU. prevista en mayo en Madrid. (DPA)