NEUQUÉN (AN).- El mundo titiritero de Neuquén llora la muerte de uno de sus más grandes y queridos maestros. La noche del lunes, falleció en Centenario a los 80 años, Luis Alberto Sánchez Vera, víctima de un paro cardiorrespiratorio.
Reconocido marionetista, titiritero, docente, escritor, director de teatro infantil y artista plástico, "Kique" Sánchez Vera dejó una impronta invalorable no sólo en el arte de la región, sino también en la esfera nacional y latinoamericana.
Las primeras líneas de su historia artística comenzaron a escribirse al pie de las sierras de Ambato y Ancasti, en San Fernando del Valle de Catamarca. Allí, a los diez años conoció al titiritero Javier Villafañe. "Mi vida cambió totalmente, sólo pensaba en títeres y buscaba en diarios y revistas todo lo que se refería a ellos. De sólo leer la palabra títeres sentía que el mundo mágico se abría ante mis ojos", contó "Kique" en el prólogo de uno de sus libros, "De amores, diablos y flores".
Estudió dibujo y pintura en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Catamarca y se graduó como maestro normal. Luego trabajó como secretario de la delegación Regional del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación. Horarios escolares y posteriormente exigencias laborales, le impidieron realizar su sueño: crear un teatro de títeres.
A los 23 años se casó con Iride Magine y con ella finalmente hizo realidad su sueño. Ató y colgó los hilos de su primer compañía, el Teatro La Ventana y salió de gira por plazas, salas y barrios de su provincia natal y allí mismo terminó su historia. Pero las ganas de hacer huella en el camino siguieron intactas y en la década del 50, Sánchez Vera le dio vida al Teatro El Barco de Papel, de títeres de guantes. Con esta compañía se embarcaron con rumbo a Necochea, para participar de un festival nacional. Con su obra de estampas de folclore norteño, "Kique" ganó el premio Elefante de Plata como mejor director de teatro infanto juvenil.
Años más tarde, en 1968, en búsqueda de nuevos puertos, el titiritero se radicó en Centenario donde encontró un nuevo astillero para armar una segunda versión de Barco de Papel. Con este elenco neuquino participó de una edición del programa de Nicolás Mansera, "Sábados circulares".
Sánchez Vera también sumó al mundo artístico a sus Marionetas de Centenario, compañía por la que pasaron varios artistas de la región y que encontraron allí un gran maestro en el arte de mover la magia. Años después creó el grupo "Cachiduende", teatro de formas y temas libres sin ambientaciones, apto para trabajos en calles, parques y plazas.
Pero no sólo muñecos armó este gran marionetista. También escribió obras de teatro y títeres que fueron representadas en Argentina, España, Italia y varios países de Latinoamérica. Algunas de sus obras son "La media flor", "Estampas de Don Quijote", "Autocensura", "Por una flor", "El buen diablo", "Los valientes también mueren" y "El buen curador", entre otras. Incansable creador, "Kique" también encaminó su talento a la creación de historietas, canciones y caricaturas. En la región son famosas sus marionetas caricaturescas de Mercedes Sosa, Charly García y Fito Páez.
Ricardo Fonseca, autor de una canción en su homenaje "Marionetista de veras", reflejó mejor que nadie la vida de este gran artista de la magia. "Mucho después de vivir el Kique quiere morir con un muñeco jugando. Pero antes quiere llenar ese hueco que es el mar y asirlo de vez en cuando".
Así fue el pasó de Luis Alberto Sánchez Vera, quien ayer tuvo su último aplauso en Centenario. Amigos, vecinos y pares se dieron cita en el sepelio para despedir a un grande como se merecía: entonando aquellas estrofas de Fonseca y también "Palito de tola" del propio Sánchez Vera (que cantó Mercedes Sosa), con una gran guitarreada.
