Carlos Bianchi tuvo dos ciclos exitosos como entrenador de Boca, y lo colocó al club en la cima del fútbol mundial al lograr dos Copas Intercontinentales, en 2001 y 2003 ante el Real Madrid y Milan, respectivamente.
Pero su trabajo como manager fue distinto, ya que asumió por pedido del presidente Amor Ameal para que se encargue de la parte futbolística del club, pero no cumplió los objetivos en medio de una crisis dirigencial y futbolística.
En la Libertadores 2004, Boca llegó a la final y se encaminaba a gritar el bicampeonato, luego de eliminar a River en semis. Enfrente estaba el modesto Once Caldas, que sorpresivamente se quedó con la Copa. El triunfo del conjunto cafetero fue el detonante para que Bianchi dejara de ser entrenador de Boca.
El presidente Ameal, quien asumió en el cargo tras el fallecimiento de Pedro Pompilio, anunció la vuelta de Bianchi al club, pero esta vez como manager.
Desde que Bianchi comenzó a ejercer su nueva función siempre fue una carga para el entrenador de turno, ya sea Carlos Ischia o Alfio Basile. El Virrey no cumplió los objetivos, ya que sus decisiones no tuvieron un final feliz.