NEUQUÉN (AN) - El flagelo de la explotación del trabajador extranjero, expuesto porque muchas veces no tiene en el inicio de su llegada los papeles de estadía terminados, entre otras razones, no es ajeno a la realidad de la comunidad residente boliviana.
"Sí, hay sobreexplotación entre nuestros paisanos lamentablemente", admitió Horacio Olivera.
El ardid no es otro que el que afecta a otros sectores, principalmente en las grandes urbes, en nuestro país particularmente en Capital Federal.
El que es víctima de esa condición generalmente es el boliviano que proviene de ciudades pequeñas o del campo.
"Les prometen sueldos que el lugar donde viven es muy alto y por supuesto se entusiasman y por la cifra aceptan venir. Pero cuando llegan comprueban que ante costo de vida aquí la paga no les alcanza ni para lo más elemental", comentó Olivera.
Pero no pueden liberarse fácilmente porque quien los trajo lo tiene alojado, aunque en condiciones mínimas, en su casa. Además le retienen el documento y los someten.
"La víctima no hace la denuncia porque tiene miedo que le resulte peor, como tener que volverse peor de lo que vino", añadió Olivera.
No es exclusivo de los menos instruidos este sometimiento. Hay bolivianos que tienen empresas de gran volumen y contratan a profesionales a quienes también les pagan sueldos miserables.
Estafadores
Los profesionales, trabajadores calificados o que vienen de ciudades más actualizadas, no tienen este problema.
También hay aprovechadores que cobran a los extranjeros montos que no se corresponden con la realidad para tramitarles la radicación.
"Hay quienes amparándose en alguna representación se adjudican facultades que no tiene ni el cónsul. Incluso perciben sueldo de algún organismo. Es indignante", expresó Olivera.