SANTIAGO DE CHILE.- Con orden en las cuentas públicas, amplio superávit en la balanza comercial y una proyección de crecimiento superior al 4,5 por ciento para el 2010, la economía que deja el gobierno de Michelle Bachelet también tendrá continuidad en sus grandes rasgos quien sea que gane las elecciones, según consultores y analistas.
"Es de esperar una continuidad importante basado en las cifras que se esperan para este año, la autonomía del Banco Central y en que ninguno de los dos candidatos planteó modificar la apertura comercial, colocar nuevos impuestos a las exportaciones o abandonar la regla fiscal", opinó el director de estudios de la consultora Libertad y Desarrollo, Tomás Flores.
Tras un año marcado por la crisis, el gobierno de Bachelet dejará una economía que en 2009 cayó el 1,8 por ciento pero que espera un crecimiento para este año superior al 4,5 -según distintas estimaciones privadas- basado en la recuperación de mercados externos claves para la economía local, como China y el resto de Asia.
La tasa de desocupación se mantuvo en una cifra, pese al incremento de casi dos puntos, el superávit comercial superó los 13.000 millones de dólares -de acuerdo al informe del Banco Central de esta semana- y las reservas alcanzan los 50.000 millones de dólares.
Para Flores, "a diferencia de Ricardo Lagos, que marcó fijación por el crecimiento y el desarrollo de inversiones, Bachelet tuvo como prioridad la protección social y la acumulación de recursos para financiar esos programas y para enfrentar la crisis del 2009, que pudo ser sobrellevada por el ordenamiento fiscal de su gobierno".
El economista analizó que estas cifras se ven reforzadas por la "rápida recuperación del precio internacional del cobre, producto que explica el 50% de las exportaciones del país -cinco veces más que el rubro alimentos-, sin contar los otros recursos mineros que elevan la cifra a 60 por ciento".
Sobre esta base, tanto Eduardo Frei como Sebastián Piñera elaboraron propuestas de gobierno que contemplan creación masiva de empleo -un millón y 700.000 puestos, respectivamente-, la consolidación del gasto social, el apoyo a las pymes, una reforma tributaria y una reforma laboral con los matices propios de cada sector que representan.
La diferencia sobre la proyección de generación de empleo en los próximos cuatro años radica en la pauta de crecimiento anual de cada programa: un 4,5% para el oficialismo y un 6% para la oposición más liberal.
Flores también marcó cambios en los clásicos discursos de los candidatos: "Frei tuvo que acercarse a la izquierda para mantener ese apoyo de los gremios más importantes de Chile. Lo mismo se podría decir de Piñera, un empresario exitoso de posición liberal, que hizo suyo el discurso de la protección social".
(Télam)