Días atrás muy temprano me encontré con la vicepresidenta de la junta vecinal del barrio Don Bosco III de Neuquén capital, quien con muchísima preocupación, malestar y temor me comentó la grave situación que atraviesan en dicha vecinal.
La señora Teresita Pertusatti es una ciudadana con extraordinaria vocación de servicio, como el presidente Juan Almaza; se presentaron y ganaron las elecciones para gestionar y trabajar para embellecer y solucionar problemas de ese populoso sector de la ciudad. Pero se han encontrado con una serie de inconvenientes; el más grave ha sido la toma que se desarrolló durante octubre y noviembre, epidemia ésta potenciada por varios partidos políticos, la inacción del Estado provincial y la defensa de integrantes de Derechos Humanos a favor de los que están cometiendo el delito. Han sido amenazados de muerte por defender los espacios públicos y privados.
Teresita se avergüenza de sus propios vecinos, que no cuidan los espacios públicos, las plazas, los bulevares y los espacios verdes: "Parece que los valores ya no existieran" es su reflexión, la que comparto totalmente.
La realidad nos indica que cada habitante mira hacia otro lado, no cuida sus espacios; los valores de compartir e interrelacionarse son una quimera, cuando han sido precisamente los valores los que han sacado a los países adelante.
Se encuentran solos, porque aquellos que se comprometieron a trabajar por el barrio conformando la comisión -ganadores y perdedores- por el sistema D´Hont que se utiliza para elegir presidente en los barrios hace que los que pierdan la integren, en muchos de los casos obstaculizando el funcionamiento de la misma ya que éstas son tomadas por los partidos políticos como botines de guerra.
La vicepresidenta dice que son muchas las necesidades que tienen en su vecinal, las que no son atendidas por las autoridades competentes. Una de ellas es la falta de personal que se dedique a regar en forma permanente y limpiar los espacios verdes, con lo cual se haría un aporte importante al impacto visual de quienes transitan por la zona, teniendo en cuenta que Neuquén es la puerta de entrada al turismo patagónico. Se pregunta cuál es el interés de no resolver los problemas. El no apoyar y resolver las inquietudes de los directivos vecinales por parte de los funcionarios, si estos simplemente llevan los reclamos de la gente, ¡es político! Entonces estamos muy mal.
Son muchas las carencias que tienen las vecinales, como mobiliario, pintura y personal adecuado para mantenerlas limpias.
La tan difundida apertura del Estado municipal jamás se ha realizado; esta política ha insumido muchas horas de trabajo de los funcionarios y directivos de las vecinales, pero las promesas no se cumplieron y las que sí han sido para los barrios centrales y mínimas, cuando en Neuquén son más de 45.
La preocupación es mayúscula ya que las amenazas han sido hacia ellos y sus familias, en su propia casa particular.
¿Cómo van a seguir gestionando sin tener una seguridad sobre sus vidas y la familia? ¿Cuál es la seguridad jurídica que les brinda el Estado, municipal y provincial? Son interrogantes que nos hacemos los ciudadanos que queremos cambiar esta realidad.
Las familias en su conjunto han cambiado su rutina diaria y el estado anímico de sus componentes no es el mejor, y esto por querer desarrollar una vocación de servicio abierta y al servicio de la comunidad. Lo sé porque fui objeto de amenazas de muerte durante mi gestión al frente de la vecinal de Huiliches.
Miguel Ángel Henríquez
DNI 10.868.858
Neuquén