"Es un desafío para los genetistas lograr una plantación donde las variedades se puedan adaptar y resistir a los efectos del cambio climático como el asoleamiento, las sequías y las temperaturas extremas sin reducir la calidad de la fruta", reconoció Laszlo Lakatos, al tiempo que describió que en tanto esto no suceda, la respuesta para generar un microclima en la chacra dependerá de la inversión en tecnología que aplique el productor a su monte frutal.
Evaluó que debido a la rapidez que se observa en el proceso del cambio climático y a que la prevención de este riesgo depende del estado financiero del productor, no podría sistematizar respecto a qué porcentaje de su inversión en el plantío corresponderá el de mitigar los efectos del calentamiento / enfriamiento global.
Sin embargo, describió que "si (el productor) está en buen estado financiero, invertir en nuevas tecnologías para hacer frente al cambio climático no superaría de un 15 a 20 por ciento durante los primeros 15 a 20 años; en tanto el costo se reduciría notablemente a partir de ese período porque a largo plazo se contaría con un monte frutal con redes y equipos contra heladas, por ejemplo, ya instalados en las chacras. (ACE)