Massimo Tartaglia, el hombre que agredió al primer ministro italiano escribió una carta a Berlusconi, disculpándose y mostrando su malestar por un "acto superficial, vil y precipitado", según informan los diarios ´Corriere della Sera´ y ´La Reppubblica´.
Durante su interrogatorio, Tartaglia ha asegurado a los agentes que actuó "en solitario" y que no es el "asesino de nadie". El agresor, de 42 años, quien desde hace 10 años se somete a tratamiento psiquiátrico, se encuentra detenido en una celda aislada de la cárcel de Milán y será juzgado por "heridas graves premeditadas".
Tartaglia empleó como arma una reproducción de la catedral gótica de Milán (ver foto) que lanzó contra Berlusconi alcanzándolo en el rostro, tras un mitin celebrado en la plaza.