Decenas de miles de personas manifestaron ayer en la calles de Copenhague, en una protesta salpicada de incidentes violentos, a la que se sumaron manifestaciones en 130 ciudades del mundo para reclamar un acuerdo justo, ambicioso y vinculante en la cumbre sobre el cambio climático.
Entre 80.000 y 100.000 personas según los organizadores, 30.000 según la policía, recorrieron en una gélida tarde los cerca de 6 km que separan el centro de Copenhague de Bella Center, donde tiene lugar la conferencia de la ONU sobre el calentamiento global.
Pocos minutos después del comienzo de la manifestación, varios cientos de jóvenes, vestidos con uniformes íntegramente negros y perfectamente organizados, según un periodista de la AFP en el lugar, comenzaron a romper escaparates con ayuda de martillos y a lanzar ladrillos.
Los disturbios prosiguieron durante la tarde, en el seno de la manifestación y al margen de ella. Un policía resultó herido y varios vehículos fueron incendiados. La policía danesa afirmó al final de la jornada haber detenido a entre 600 y 700 personas. Estos actos de violencia no lograron sin embargo eclipsar la masiva protesta que tuvo lugar en un ambiente jovial y familiar y multinacional para pedir "justicia para el clima".