SIERRA GRANDE.- Hace exactamente un año por disposición municipal fue clausurado el único matadero rural de Sierra Grande y la zona de influencia. A pesar del tiempo transcurrido, la situación dista de resolverse mientras la población consume carne con hueso, que carece de controles.
Esta carne es de dudosa procedencia, excepto la envasada sin hueso que venden los frigoríficos. Es un problema por donde se lo mire porque la falta de un matadero no sólo es un problema para los crianceros que antes faenaban allí, también lo es para los carniceros que necesitan de la materia prima para subsistir. Entonces, crece la preocupación: ¿de dónde es la carne que llenan las heladeras de sus carnicerías?
Un dato que hay que tener en cuenta es que geográficamente Sierra Grande está justo en medio de un "colchón sanitario" que hace imposible el consumo de carnes faenadas en otras ciudades.
Varios kilómetros al norte y varios al sur sobre la Ruta Nacional 3, hay controles de Funbapa, que aíslan a Sierra Grande a punto tal que por esa barrera imaginaria no puede pasar una sola presa de carne con hueso, por medidas que se adoptaron para evitar la aftosa mucho antes del cierre del matadero, que garantizaba el abastecimiento de carne.
Las pésimas condiciones de salubridad del matadero motivaron al municipio de Sierra Grande su clausura a fines de octubre del año pasado. (Ver aparte)
Desde el cierre de este sitio, la faena se hace en cualquier lado. Cuando el matadero se cerró muchos presagiaron que la clandestinidad, el contrabando y el desabastecimiento de carne serían moneda corriente, pero desde el Estado mismo, poco hicieron para revertir la situación en virtud del tiempo transcurrido.
Y ese presagio en gran parte se hizo realidad, aquí todos saben que la carne con hueso que se vende en las carnicerías, supermercados y hasta mercaditos de los barrios es faenada sin controles en los campos cercanos a Sierra Grande y transportada en cajas de camionetas.
Los propios carniceros lo admiten, basta con recordar lo que el ex secretario de gobierno Demetrio Almeida, con más de 30 años en el rubro dijo en mayo de este año "no me puedo hacer el distraído pero si no hay matadero dónde voy a faenar", expresó tras un confuso decomiso municipal.
La falta de controles no tiene límites, la población consume carnes rojas con hueso ya sin preguntar su precedencia, hay un alto grado de inconsciencia y poco importan las condiciones en que es faenada y transportada.
MIGUEL VELÁZQUEZ
mvelazquez@rionegro.com.ar