Por GABRIEL RAFART
Especial para "Río Negro"
La biografía intelectual de Félix Luna debe ser vista como la síntesis de un tiempo de intensa "vida histórica". La lucha política de los últimos setenta años es el tiempo de Luna. Aquí el intelectual es historiador y político de su época. Había una formación clásica en su constitución como intelectual: la política es la historia del presente y la Historia es un arma de la política.
Luna contaba con un abundante capital cultural que asomó y vivió la vida política en permanente trato con un pasado que es aún presente. Aquel pasado que construyó el peronismo y los capítulos posteriores de democracia entrecortada. Como la mayor parte de los radicales, fue un victimario del primer peronismo.
En su obra "de época" supera el carácter testimonial. Su obra es "pedagogía contra", aunque la mayor parte de "El 45" es un texto clave para citas sobre aquel año crítico de Juan Perón. Igual que con los restantes trabajos sobre el peronismo, acerca de Yrigoyen y también sobre Julio Argentino Roca.
El autor de "Soy Roca" realiza no sólo una biografía bien escrita, de lectura directa, sencilla, sin los giros narrativos o la profundidad de un Tulio Halperín, sino también un texto con voluntad de intervención activa en la escena pública. Es que la mayor parte de sus obras son "populares en cuanto a aproximación a un público más amplio. Esa ampliación remite a una vocación "populista", en el sentido pretencioso de interpelación de un todo popular, aunque sus lectores preferidos resultaran la parcialidad radical y liberal. De la misma manera en que José María Rosas es el historiador bendecido por el revisionismo y el peronismo, Luna es el historiador radical.
En su larga trayectoria cuenta la continuidad de una importante empresa de divulgación. Hablamos de "Todo es Historia". Han pasado más de cuatro décadas desde su primer número.
Luna es parte de un proyecto de Historia amplio y novedoso -¿Historia total? ¿Historia Social?-, de un desafío que surgió en paralelo con la gran obra que montó el Centro Editor de América Latina con sus colecciones de "Historia de América" e "Historia de los hombres", entre tantas.
Esos proyectos tienen pocos emuladores en la actualidad. Félix Luna es más que el divulgador del pasado con una perspectiva definida. Nos remite a la necesidad de seguir contando con miradas que vivan la intensidad del vínculo entre política e historia.