Con referencia a la carta del Sr. Pellín publicada el 1 de octubre pasado y su opinión en el sentido de que Cobos debió haber renunciado al día siguiente, es aparentemente correcto desde el punto de vista ético.

El diccionario Larousse Universal define "ética" como ciencia de la moral; o sea, la moral de cada una de las actividades humanas se llama ética: ética comercial, ética médica, ética política, etcétera.

Deja dudas al respecto porque habría que considerar la situación desde la designación de Cobos como candidato a vicepresidente de la Nación. Analicemos el origen de tal designación. Eso fue parte de la llamada "transversalidad" ideada por el entonces presidente Néstor Kirchner e inspirada en la atomización de los partidos opositores, creando así el único partido del matrimonio gobernante. Y se comenzó por el principal opositor de ese momento, la UCR.

Pero tampoco la designación de la candidata a la presidencia es correcta porque no consultó con su partido y eligió a dedo a su esposa, transgrediendo leyes y ética. Resumiendo: cuatro faltas de ética garrafales.

En síntesis: ambas candidaturas son autoritarias, transgresoras y antiéticas.

Pellín apela al ejemplo futbolístico y compara la aparente falta de Cobos con la del integrante de un equipo que patea contra su propio arco; ese jugador tendría que irse de inmediato de la cancha por desvirtuar las reglas del juego.

Se puede parangonar también con un ejemplo automovilístico: si se pincha un neumático se coloca la rueda de auxilio; si se pincha la presidenta, se coloca al vicepresidente. En opinión de muchos, Cobos no renunció por considerarse una "rueda de auxilio".

La pinchadura es tan previsible en automovilismo como en política. Esto estaría avalado por el hecho de que Cobos no renunció al radicalismo al aceptar la candidatura y tampoco renuncia a su cargo ante el probable riesgo de "pinchadura" presidencial antes de jurar como vicepresidente, como tampoco renunció Néstor Kirchner antes de jurar como presidente cuando en su discurso del 25 de mayo de 2003 dijo que no dejaría en el umbral de la Casa Rosada sus principios ideológicos que se opusieran a los del partido que lo había elegido. Esto último ya no es falta de ética: huele a traición.

Finalmente, tras el empate en aquella famosa sesión del Senado de la noche del 15 de julio de 2008, Cobos, como presidente del cuerpo, que no vota, lo hizo desempatando, como establece el artículo 57 de la Constitución nacional. La carta magna no establece hacia dónde debe desempatar. Un abogado diría que lo que la ley no prohíbe tampoco es punible.

Rubén E. Cisneros

LE 3.428.143

Neuquén

¿Quién dijo que el paso del tiempo cura las heridas? ¿ Acaso tres años son suficientes para aplacar tanto dolor? Mi respuesta es ¡no! No hay tiempo que alcance para procesar la muerte de un ser querido. Aprendí esa dura lección en el mismo instante en que la voz temblorosa de mi madre me daba la nefasta noticia: "Hija, mataron a tu hermanito, a Piru". El mundo se detuvo y creí que mi corazón también, aunque en cierta forma siento que una parte de mí murió ese 8 de octubre de 2006.

Nada a partir de ese día fue igual para mi familia ni para mí.

Entiendo que la muerte forma parte del proceso natural de la vida y que a pesar del conocimiento que todos tenemos de ello siempre es un hecho doloroso.

Hay muertes incomprensibles; la de mi hermano es una de ellas. Pero más incomprensible aún es que quien decidió arbitrariamente terminar con su vida y realizar los dos disparos, en presencia de mi madre, haya sido un hombre que al vestir uniforme se comprometía a cuidar a nuestra pequeña comunidad.

Quizás el dolor y mi falta de formación en temas jurídicos me impidan pensar claramente, pero al leer la sentencia que juzga al asesino de mi hermano -y siguiendo los razonamientos del juez- llego a la conclusión de que disparar a alguien que ya se encuentra con una herida de bala en el pie es "abuso de la legítima defensa" o, dicho al revés: el Sr. policía, acompañado por otro efectivo, se defendía de un joven desarmado que se encontraba herido de bala, con un escenario de fondo que eran los gritos desgarrados de mi madre implorando que se detuvieran e intentando interponerse entre las balas y Piru, "el más pequeño de sus cachorros".

Entre tanta confusión sólo tengo la certeza de que no solamente perdimos al hermano, al hijo y al padre de mis pequeños sobrinos Lucas y Facundo sino que también se esfumó la confianza en instituciones que tendrían que servir para asistirnos, asesorarnos y protegernos. Ambas pérdidas duelen con distinta intensidad, pero duelen.

Al cumplirse tres años de la trágica muerte de mi hermano Pablo Andrés Huenteleo elevo una plegaria a Dios para que se haga justicia.

Andrea Huinca

DNI 24.316.632

Buenos Aires

El 2 del corriente me encontraba de gira en la Línea Sur de Río Negro, específicamente en Sierra Colorada, pequeña localidad ubicada entre Los Menucos y Valcheta, y en mi recorrida por sus calles me encontré ante la Asociación de Bomberos Voluntarios (no rentados), un pequeño cuartel pero con un equipamiento digno de mencionar dado que en otras localidades o ciudades no se observa.

El cuartel se halla en proceso de ampliación y son los mismos voluntarios quienes están a cargo de los trabajos, bajo la dirección del jefe del cuerpo, el Sr. Adalberto Castro, a quien le agradezco por la actividad que viene desarrollando. Así demuestra su alta capacidad y vocación para mejorar la calidad del servicio brindado a la comunidad. Evidentemente hay que sacarse el sombrero por la dedicación a la cual se halla abocado junto a su personal.

Por todo esto, vaya mi profundo agradecimiento al Sr. Adalberto Castro.

Norberto Berardone

DNI 7.603.526

Cipolletti

Días atrás nos dispusimos a caminar, a disfrutar de la primavera, pero nos encontramos con una desagradable sorpresa: un par de muchachos o pareja a bordo de una moto de gran cilindrada pasaba raudamente por las inmediaciones de la entrada a nuestra localidad -por supuesto, ambos sin casco de protección ni ropa adecuada en caso de caídas-.

Es insólito cómo éstos, con total impunidad y la mirada de la gente en general, logran hacer arranques violentos, picadas con una chica agarrada de donde pueda e ir y volver otra vez sin que nadie diga nada. Lo curioso es que en cercanías del lugar circulaba un móvil policial; al verlo dijimos "Bueno, se les acabó la joda". Pero al rato pasaron raudamente ante la sorpresa de quienes los estábamos mirando.

La pregunta del millón es: ¿y si se llevan a alguien puesto o se les cruza un animal? ¿Qué hacemos? ¿A quién le echamos la culpa? Realmente, cómo está la sociedad hoy en día... una apatía total, si total a mí no me pasa...

Y la frutilla del postre. Llamé al 101 de mi pueblo y al manifestarles lo que estaba aconteciendo -tras identificarme- los alerté sobre este caso (en forma de colaboración, algo que tendría que ser una norma común de los buenos ciudadanos), a lo que me contestaron: "Usted tiene algo contra la policía". "Nada nos llama la atención", les dije, sobre la apatía de ese móvil que circulaba en la misma dirección que los antes mencionados y no pudimos identificar si eran de la parte de Tránsito o local ya que estos sujetos iban por la Ruta Provincial 65-.

Quedaron flotando en el ambiente las circunstancias de todas y cada una de las actitudes de esta sociedad que rayan en la obsecuencia. Si bien en una oportunidad entrevistamos al jefe encargado de esta jurisdicción policial, de lo cual nada sacamos en conclusión, es cierto: la gente ya no hace la denuncia, los padres no colaboran, el que ve algo se calla por temor, por la incapacidad de reflexionar o por no quedar como un tonto si dice algo. ¿Dónde están los padres?

Si vemos a diario todos los accidentes de motos, llama la atención y no es sorpresa decir que el casco salva vidas.

Oscar Alberto Yrusta, DNI 10.868.922 - Fernández Oro

Me alegra tener la posibilidad de expresar por este medio lo que siento; escribo esto como ciudadano y militante del PS Catriel.

Quiero hacer un grato reconocimiento a las mujeres del partido por haber afrontado con tesón el difícil proyecto de querer comprar un mamógrafo. Todos saben lo útil que sería contar con uno en Catriel.

De más está hacer presentes en esta nota las estadísticas del cáncer de mama y decirles que cuando lo tengamos en nuestro hospital va a ser un tirón de orejas para muchas mujeres que tienen los medios y no se hacen los chequeos.

Me enorgullece compartir ideales con esta fuerza femenina que tuvo la ambición y el valor de soñar sin importar los límites; así nació en ellas el afán de hacer esto que es "un sueño entre sus manos"

Les pido a los ciudadanos de Catriel que cuando golpeen a su puerta se permitan escuchar y observar con detenimiento, porque no van a llevarles un voto ni a pedirles que se coloquen nuestra camiseta: van a llevarles la posibilidad de que participen desde su lugar. Si todos colaboramos esto va a dejar de ser un sueño para ser una realidad.

Sabemos la situación que viven nuestros bolsillos pero, por poco que les parezca su colaboración, viniendo de corazón suma más de lo que parece. Hay para nosotros un aporte suyo muy importante, que nos fortalece ante las inclinadas pendientes que tratan de agotarnos: son sus palabras de aliento?

Julio Simonini

DNI 29.329.709

Catriel