Para el sociólogo Julio Godio, el desafío fundamental del sistema político argentino en carrera al 2011 radica en lograr que los partidos funcionen democráticamente, se renueven los grupos dirigentes y se termine de usar a los afiliados como "masa de maniobra". Sin embargo, el estado "moral e intelectual" de los partidos es precario.
* El kirchnerismo no ha logrado reformar al PJ como tampoco motivar a sus aliados partidarios y sociales no peronistas para reconstruir un frente político que represente a la poderosa línea nacionalista-neodesarrollista fundada en el 2003. La oposición política es volátil, porque las identidades político-partidarias son volátiles.
* Los partidos funcionan de cara a necesidades del Estado-Nación. Son partidos que responden demasiado a intereses sociales corporativos. En ese contexto, el federalismo -fundamento esencial del Estado/Nación- funciona a través de acuerdos y desacuerdos puntuales entre los gobernadores y el Poder Ejecutivo. El Senado no juega el papel de canalizador de los intereses provinciales.
* Sólo dos grandes partidos tienen implantación nacional: el PJ y la UCR. Pero el PJ requiere de una "autorreforma" que esclarezca sus contradicciones internas, estableciendo una diferencia clara entre peronismo nacionalista neodesarrollista (kirchnerismo) y el peronismo conservador (menemismo). Este proceso de "autorreforma" no fue abordado por Kirchner, que ha sido acusado injustamente de "pejotista" cuando en realidad sólo aspiró a controlar al partido "desde arriba". Lo que se debe criticar a Kirchner es que, cuando a partir del 2006 se planteó la necesidad de reformar al PJ, persistió en gobernar con métodos "decisionistas" cuestionados por la opinión pública. El PJ podría, para recuperar su unidad, volcarse hacia el centro -como aspira Duhalde-, pero en su razón de existir el peronismo está indisolublemente vinculado con el nacionalismo laborista y los sindicatos. La UCR es un partido en decadencia. Sólo se salvará si asume su papel liberal nacionalista y neodesarrollista, como intentó infructuosamente en los años 50 y 60 Arturo Frondizi.
* A los costados emergen nuevas fuerzas. Algunas tratando de ser una nueva derecha con vocación de conquistar el poder por vía electoral, como el PRO. Otras como expresión del progresismo nacionalista, como Proyecto Sur, o del progresismo socialista democrático, como Nuevo Encuentro. Está claro que los espacios logrados por los movimientos sociales en lucha contra la pobreza, el desempleo y por los derechos humanos son sólidos. Ninguna fuerza podrá cristalizar sin algún apoyo de ellos.