El 9 de octubre de 2003 se realizó en el reactor de Bariloche la primera irradiación de un paciente con cáncer. Fue la culminación de un largo y complejo trabajo que sólo en el desarrollo de un adecuado filtro de neutrones, llevó cinco años.
Desde entonces se han irradiado ocho pacientes y a dos de ellos, dos veces. El tratamiento, denominado "terapia por captura neutrónica en boro", está todavía en fase experimental. Muestra de ello es que las personas seleccionadas fueron voluntarios en un estadio terminal de su enfermedad.
El procedimiento es sencillo de comprender o al menos Aníbal Blanco lo explica de modo tan didáctico que es fácil imaginarlo.
La persona enferma es instalada en un habitáculo que está pegado al reactor (aún apagado). Una vez en marcha, el paciente queda expuesto al chorro invisible de neutrones los que han sido cuidadosamente seleccionados con un filtro por su probada eficacia para destruir tumores. Nada material que pueda verse, tocarse u olerse da indicios de lo que allí ocurre.
Previamente, la persona ha sido tratada con medicamentos que contienen boro, elemento cuyo átomo es visto por el neutrón como si fuese "un blanco": al impactarlo, se produce una minúscula emisión de energía que mata la célula cancerosa muy localmente.
- ¿Y cómo hacen para que el boro vaya sólo a la célula enferma?.
"Ese es el trabajo de los biólogos, bioquímicos, farmacéuticos, médicos y un montón de especialistas que buscan cómo llevar el boro, a través de drogas específicas, al tumor y no al resto de las células -explica el científico- porque el neutrón no ´ve´ si el tejido está sano o no, sino que detecta el boro y va a chocarlo esté adonde esté. Por eso previamente hay que hacer un estudio de que el boro se ubicó donde queremos".
No obstante, llegar a ese punto de experimentación en humanos fue un camino largo lleno de pruebas, errores, mejoras, comparaciones e intercomparaciones con laboratorios de Estados Unidos, Finlandia, Italia, Holanda, Japón y España.
Hubo una etapa previa de casi 10 años de investigación e irradiación en aire, después en agua, en materiales parecidos al cuerpo humano, en pequeños y luego en cada vez más complejos animales, hasta llegar por último -tras obtener todas las autorizaciones del Ministerio de Salud y organismos de aplicación- a la irradiación de una persona. La investigación de la "terapia por captura neutrónica en boro" es un programa que se lleva adelante en equipo. Por un lado el Centro Atómico Bariloche con el RA6, a través de su división Física de reactores avanzados; profesionales del Instituto de Oncología Angel Roffo, de la Universidad de Buenos Aires, que escogen los pacientes; y expertos en biología del Centro Atómico Constituyentes que seleccionan las drogas precisas para llevar el boro a los tejidos enfermos.
Respecto de los resultados obtenidos, muestran ser alentadores pero los investigadores son muy cautos porque aún sería prematuro pensarlos en términos de una nueva forma de cura del cáncer.