HAINING, China.- Dos carreras, dos medallas. Cien por ciento de efectividad. ¿Qué más se le puede pedir? Victoria Rodríguez López no deja de sorprender y ayer volvió a emocionarnos al conquistar su segunda medalla de bronce en el campeonato Mundial de patín carrera, en esta oportunidad en los 500 metros y cerró de manera formidable su participación en el certamen de ruta.
La patinadora de Alta Barda le dio una nueva alegría a la delegación nacional, tras cumplir una tarea formidable en el medio kilómetro y ante lo más selecto de la velocidad internacional. Las colombianas Jercy Puello, la más rápida del planeta y su compatriota Estefanía Cuervo se quedaron con el oro y plata, respectivamente, en una final con aroma cafetero.
Vicky tuvo un arranque formidable en su serie, que ganó con absoluta comodidad. Le tocó compartir la batería con Maira Arias, la otra neuquina en acción, y apenas se puso en marcha la veloz y exigente prueba, tomó el liderazgo y no lo abandonó hasta cruzar la meta con una ventaja tranquilizadora. Maira no tuvo la misma fortuna: no se acomodó en la partida y quedó relegada en el pelotón de nueve competidoras. Ya en los 200 recuperó terreno y al llegar a la última curva estaba en el cuarto lugar, pero su esfuerzo en el último sprint no fue suficiente, quedó en la tercera colocación y fuera de la final.
Ya en semifinales, Victoria volvió a tomar la delantera apenas sonó la partida. Lideró el pelotón hasta entrar en la recta final, donde la italiana Nicoletta Falcone le arrebató el primer lugar, pero eso poco importó: ya tenía un lugar en la final y el sueño de una nueva medalla comenzaba a cristalizarse.
En la prueba definitoria, Victoria volvió a tomar la delantera en los primeros metros, pero al dejar atrás la primera curva, fue superada por sus tres rivales y debió remontar desde el fondo. A 200 metros de la meta, superó a pura garra y corazón a la italiana Falcone y salió a la caza de las colombianas. Pero el ritmo de Puello y Cuervo era avasallador y no pudo destronarlas.
Pero eso poco importó: estaba otra vez ahí, trepada al podio, con su sonrisa contagiosa a pleno. Un emotivo e inolvidable momento, mágico, un nuevo hecho histórico para el deporte neuquino.
LUIS AMAOLO
Especial para "Río Negro"