"Esto es un sueño. Mi anhelo era terminar entre las diez primeras del mundo, pero salir dos veces a pista y ganar en ambas pruebas la medalla de bronce, es inigualable", dijo una exultante Victoria Rodríguez López, tras lograr la presea de los 500 metros.
Vicky volvió a repetir una actuación inolvidable. Dominó su serie y la semifinal; y puso todo su corazón en pista para trepar al tercer lugar del podio, en la prueba definitoria.
Más no se le puede pedir. "Quiero dedicarle las medallas a mis padres y abuelos. Sabía que los 500 iban a ser complicados, pero jamás me rendí. Di todo en la final, pero las colombianas -Puello, oro y Cuervo, plata- eran inalcanzables", explicó agotada luego del tremendo esfuerzo.
"Estoy satisfecha y feliz. Satisfecha porque fue un acierto no haber participado en la etapa de pista. Era una superficie a la cual no me había adaptado y corría el riesgo de agravar la lesión -dijo-. Y feliz porque es un premio al esfuerzo de entrenar todos los días y porque le puedo tapar la boca a los que no confiaban en mí".