BRUSELAS (DPA).- El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Anders Fogh Rasmussen, hizo ayer una propuesta que, hasta hace bien poco, habría sonado a ciencia ficción: poner en marcha, junto con Rusia, un sistema de defensa antimisiles en Europa para contrarrestar las "amenazas externas".
En una primera reacción a la innovadora iniciativa, el embajador de Rusia ante la OTAN, Dmitri Rogozin, calificó de "muy positiva" la idea de la Alianza Atlántica. "Hoy constatamos una calidad diferente (en las relaciones con la OTAN). Esperemos que esto se corresponda con los intereses de Rusia", subrayó Rogozin, con cautela.
Si se materializa la propuesta formulada por Rasmussen, ello equivaldría a sepultar en el olvido la política de disuasión nuclear imperante hasta hace bien poco entre Occidente y Moscú, que marcó los años de la Guerra Fría (1945-1989) entre Estados Unidos y sus aliados contra la extinta Unión Soviética y sus países satélite, tras la "cortina de hierro" en la Europa ex oriental.
"La OTAN y Rusia tienen mucha experiencia en la defensa antimisiles. Debemos trabajar ahora para unir esa experiencia para nuestro provecho común", aseguró el danés en Bruselas, en su primera intervención oficial desde que asumiera el cargo en agosto y que -por el tenor de su contenido- podría entrar a formar parte de los anales de la historia del pacto militar, fundado en abril de 1949. "Deberíamos explorar las posibilidades de unir, en un determinado momento, los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos, la OTAN y Rusia", aseguró Rasmussen.
En ese sentido, el danés propuso a Moscú un nuevo capítulo en las relaciones con la Alianza Atlántica, congeladas tras el conflicto del Cáucaso que desencadenó la guerra de Georgia en 2008. "Empleamos demasiada energía en lo que nos separa. En vez de eso, deberíamos concentrarnos en lo que nos une", añadió. La iniciativa de la OTAN está relacionada con el creciente aumento de la amenaza de proliferación nuclear proveniente, entre otros países, de Corea del Norte y de Irán, los eventuales "nuevos enemigos", además de la amenaza terrorista mundial. "Propongo que iniciemos una revisión conjunta de las amenazas y retos comunes de la OTAN y de Rusia. Necesitamos ponernos de acuerdo sobre una base analítica que podamos utilizar para seguir profundizando en nuestra cooperación", aseguró el ex primer ministro danés. Sería un giro histórico en las relaciones entre la OTAN y Rusia. Durante la Guerra Fría EE.UU. y la URSS mantenían una política de tensa disuasión, basada en la amenaza de destruirse mutuamente
El anuncio se produce un día después de que el presidente de EE.UU., Barack Obama renunciara a instalar en Europa el escudo antimisiles estadounidense, considerado "hostil" por Rusia.