AGUADA PICHANA (AN).- Sapag contó al puñado de funcionarios, directivos y trabajadores presentes en la ceremonia la historia del primer descubrimiento de petróleo en tierras neuquinas y de su impulsor, el ingeniero Enrique Cánepa.
En 1918 la perforación de pozo había llegado a determinada profundidad sin resultados. Nación decidió abortar los trabajos y dejó de enviar los salarios en tren. Cánepa tenía la certidumbre de que los hidrocarburos brotarían de esa perforación y siguió, él y los trabajadores, con la tarea durante tres meses, sin cobrar salario por ello, hasta que el afloramiento de gas se hizo realidad.
Ya sea para reconocer el esfuerzo o para advertir que en la actualidad sin dinero es imposible buscar nuevos hidrocarburos, el fantasma de Cánepa se paseó ayer por Aguada Pichana.