La cumbre de la Ofephi dejó en claro que, más allá de las reivindicaciones provinciales, el gobierno nacional pulsea desde una posición de autoridad e impone el consecuente respeto.
Entre los gobernadores pareció haber palomas y halcones. Das Neves inauguró la reunión en su rol de presidente de la Ofephi y destacó la necesidad de "trabajar juntos" para resolver los problemas que enfrentan las provincias miembro, pero llamó a "ser cuidadosos".
Dijo que será indispensable "guardar un equilibrio" en el reclamo por los precios, "porque hay gente que tiene incertidumbre por su trabajo y están también los pedidos de las operadoras, que requieren algún beneficio más para incrementar sus inversiones. Pero también está el país, que obliga a tener cuidado con la situación fiscal".
El gobernador Sapag se mostró más enérgico y recordó que las provincias llevan "siete años subsidiando a la república". Recordó que actualmente, y aun con el gasoducto cordillerano disponible, Neuquén no puede exportar gas. "Lo mandamos al mercado interno con toda generosidad y solidaridad. Pero si no se paga lo que corresponde, Neuquén no está dispuesto a seguir sacrificando sus recursos naturales".
El gobernador Saiz insistió en que las provincias productoras "aportaron desde 2003 un total de 28.000 millones de pesos" por el congelamiento de precios y su impacto en las regalías.
Sapag dijo que su expectativa es lograr "una solución para los valores en boca de pozo que han quedado deprimidos".
Opinó que la discusión de fondo es cómo congeniar el valor de boca de pozo con las tarifas, "tanto las aplicadas a la industria, como a la generación de electricidad, el consumo doméstico o el GNC". (AB)