KABUL (AP y DPA).- Un atacante suicida voló su vehículo cerca del portón de entrada del cuartel central de la OTAN en Kabul y dejó un tendal de siete muertos y 100 heridos, en un osado ataque a plena luz del día menos de una semana antes de las elecciones presidenciales.
Asimismo los infantes de marina estadounidenses siguieron su avance por cuarto día consecutivo en la ciudad provincial de Dahaneh, en Helmand, donde encontraron enérgica resistencia del Talibán. Simultáneamente, proyectiles y aviones atacaban las posiciones de los insurgentes en las colinas circundantes. La explosión, que ocurrió a las 8.35 de la mañana en el barrio diplomático fuertemente custodiado, pareció destinada a intimidar a los afganos para que no participen en las elecciones presidenciales del sábado y para demostrar que los insurgentes pueden atacar donde quieran y cuando quieran.
Un vocero del Talibán se atribuyó la explosión, que hizo temblar las ventanas en una amplia zona de la capital afgana y envió al cielo una enorme columna de humo negro. Fue el peor ataque insurgente en Kabul en seis meses y conmovió la confianza pública en la extensa red de controles callejeros y guardias armados que mantienen la seguridad en la ciudad.
El atacante logró sortear varios cordones de seguridad de la policía y detonó su vehículo a unos 30 metros de la principal entrada a la base de la OTAN, donde el comandante supremo estadounidense, general Stanley McChrystal, tiene su cuartel central. No se sabía si McChrystal estaba allí en el momento del ataque. Después de la explosión, numerosos heridos ensangrentados y aturdidos caminaban sin rumbo por la calle.
Las ventanas de los comercios cercanos y residencias diplomáticas temblaron y la calle quedó manchada con charcos de sangre. El presidente Hamid Karzai culpó el ataque a "enemigos de Afganistán´´ que "tratan de provocar temor entre el pueblo a medida que nos acercamos a las elecciones´´ en las que Karzai es favorito para obtener un segundo período presidencial de cinco años.
Con este atentado, los talibanes demostraron que hasta en el corazón de la capital, bajo estricta vigilancia, pueden perpetrar atentados. El Ejército, que oficialmente están a cargo de la seguridad en Kabul, sino también la fe en los soldados extranjeros.
"No podemos esperar seguridad de las tropas de la ISAF", dice Mir Afsal, de 26 años. El joven de Kabul señala a los soldados norteamericanos y franceses frente a las rejas del lugar del atentado ante el cuartel general de las tropas internacionales. "Si no pueden garantizar su propia seguridad, ¿cómo pueden darnos seguridad a nosotros?", se pregunta. "Hoy todos tienen miedo".