BOGOTÁ.- El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, rechazó ayer la posibilidad de considerar al máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como un interlocutor legítimo para una negociación de paz, pese a que el comandante rebelde anunció que esa guerrilla está dispuesta a iniciar un diálogo.
La posición de Uribe aparentemente pone una traba a una eventual negociación de paz con las izquierdistas FARC, aunque el máximo comandante de ese grupo abrió una posibilidad si el gobierno ofrece condiciones que faciliten las conversaciones.
"Nosotros no podemos convertir a los criminales en legítimos contradictores, ese bandido [Cano] lleva 40 años engañando a Colombia, ese bandido habla de diálogo, cuando lo que hace es ordenar asesinatos", dijo Uribe en una conferencia de prensa con la presencia del presidente de México, Felipe Calderón.
"Esos bandidos pasarán de sus escondites del crimen y su protagonismo mediático a la cárcel", sentenció, al acusar a Cano de ser uno de los responsables del fracaso del diálogo de paz durante el Gobierno del ex presidente Andrés Pastrana.
Uribe, quien lidera el gobierno que más ha combatido militarmente a la guerrilla a la que frecuentemente califica de "terrorista" y narcotraficante, dijo en abril que estaba dispuesto a iniciar un proceso de paz con las FARC bajo la condición de que suspendieran sus hostilidades por tres o cuatro meses como un gesto de buena voluntad.
Mientras, su gobierno sigue su guerra contra los rebeldes y para reforzarla está por ampliar un polémico acuerdo militar con Estados Unidos que permitirá a soldados del país norteamericano operar en bases colombianas. (Ver recuadro)
Y los ataques continúan. Autoridades militares y de policía acusaron a un comando de las FARC de destruir con explosivos una sub estación de energía en el selvático departamento del Putumayo, en la frontera con Ecuador.
El ataque dejó sin energía eléctrica a unas 200.000 personas de por lo menos cinco pueblos de la región en donde la guerrilla aún mantiene una importante presencia, pese a que la ofensiva de Uribe las obligó a un repliegue estratégico.
Aunque las partes se han declarado dispuestas a avanzar a una negociación de paz, no han concretado sus intenciones que podrían sentar las bases de un acuerdo que permita poner fin al conflicto interno de más de cuatro décadas que sacude este país sudamericano productor de café, petróleo y carbón.
"Una salida civilizada al conflicto no puede depender de la voluntad de una persona por poderosa que sea. Así que, independientemente de quien ocupe la presidencia, persistiremos en buscar salidas políticas al conflicto", dijo Cano a la revista Cambio, en una entrevista que respondió por correo electrónico y que fue divulgada el miércoles.
El mandatario colombiano, un abogado de 57 años considerado el aliado más importante de EE.UU. en América Latina en momentos en que gobernantes de izquierda ganan protagonismo, no ha anunciado aún si buscará su segunda reelección consecutiva en los comicios del 2010.
Un proyecto de referendo para habilitar la segunda reelección permanece estancando en el Congreso por problemas jurídicos, mientras que los simpatizantes del popular mandatario exploran otras alternativas que le permitan ser candidato presidencial.
Cano, en una entrevista que respondió por correo electrónico a la revista Cambio , dijo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no tienen actualmente ningún contacto con el gobierno de Uribe.
(DPA y AP)