JERUSALÉN/BELÉN/WASHINGTON (DPA).- El desalojo de dos familias palestinas de sus casas situadas en el Este de Jerusalén ha saltado a la arena pública como una nueva "provocación" del gobierno israelí. A las inmediatas condenas de Washington y Bruselas se sumaron hoy las del presidente palestino, Mahmoud Abbas, que volvió a reclamar "el carácter árabe" de Jerusalén.
Vivían allí desde hace más de 50 años y la madrugada del domingo tuvieron que abandonar sus casas por la fuerza rodeados de uniformes del ejército israelí y ver con sus propios ojos cómo los colonos judíos sacaban uno por uno sus muebles y el resto de sus pertenencias.
No son los primeros y seguramente no serán los últimos, pero los 70 miembros de las familias Al Ghawi y Hanoun que viven en el barrio árabe de Sheij Jarrah, en Jerusalén Este, son las nuevas víctimas del avance por la fuerza que el gobierno de Israel lleva a cabo en los territorios palestinos desoyendo las llamadas y condenas de la comunidad internacional. Abbas aprovechó la apertura de la convención de su partido Al Fatah en Belén para referirse a la ciudad y recordar que Jerusalén "ha estado sufriendo desde el inicio de la ocupación las consecuencias de la campaña para eliminar su carácter árabe". "Los desalojos se han incrementado " desde que el gobierno de Benjamin Netanyahu subió al poder, recordó Abbas. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, tachó la iniciativa israelí de "provocación".