La gran simpatía que despiertan los delfines ´nariz de botella´, debido a su comportamiento y a hábitos costeros que permiten visualizarlos a simple vista realizando sus clásicas piruetas entre las olas, es muy valorada por la comunidad científica, que los considera una especie ´paraguas´.
"Este término se utiliza ya que bajo el resguardo que aporta la imagen del delfín otras especies menores o que despiertan escaso interés entre la gente pueden ser preservadas, ya que al organizar campañas de concientizaciòn orientadas a salvaguardar a estos cetáceos tan carismáticos para todos, los otros habitantes del mar también se benefician. La ecuación es muy simple, nadie respondería ante una iniciativa orientada, por ejemplo, a preservar al ´mejillìn´, pero todos se sentirían movilizados si se trata de la conservación de los delfines" explicó el biólogo marino Alejandro Cammarieri, uno de los integrantes de la fundación ´Marybio´.
La gran cantidad de estos individuos que habitan la ´Bahía San Antonio´ también los convierte en un excelente "bioindicador" del estado de salud del medio en el que se desenvuelven, como si operaran como una suerte de ´termómetros´ que miden la pureza de su hábitat.(ASA)