SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El audaz robo a un flamante restaurante situado en plena calle Mitre, y el nuevo robo a la distribuidora Puelche, casi calcado de otro ocurrido hace pocos meses, indican la presencia en Bariloche de delincuentes con capacidad operativa para planificar hechos de importancia.
El restaurante y confitería "Frawen´s" fue construido en tiempo récord en la esquina sudoeste de Mitre y Frey. Con gran convocatoria, abrió sus puertas hace menos de un mes. El éxito del emprendimiento no pasó inadvertido para los delincuentes, pese a que los robos a ese tipo de comercios han sido de ocurrencia excepcional.
Así, a las 4:15 del lunes, cuando los últimos empleados acababan de cerrar las puertas del local, surgió de entre las mesas un individuo alto y delgado, abrigado con un gorro y una bufanda que apenas permitía ver su rostro, y luego de exponer como excusa que debía entregar una esquela a un empleado, extrajo un arma de fuego y redujo al personal. Le franqueó la puerta a dos o tres cómplices y requisó el dinero y los celulares de los empleados, mientras los otros sujetos extraían las dos cajas fuertes empotradas que había en el local. No trascendió el monto robado, pero es probable que los asaltantes supieran que los cofres contenían la recaudación de todo el fin de semana, estimada en unos 50 mil pesos.
El otro robo ocurrió en el amplio predio que la empresa distribuidora "Puelche" posee sobre la ruta 237, a pocos metros del puesto de la Policía Caminera, donde experimentados delincuentes que utilizaron amoladoras y barretas lograron violentar cuatro cajas fuertes ubicadas en la planta alta del depósito y venta del almacén mayorista.
El edificio cuenta con una alarma, que al parecer fue desconectada, y con personal de custodia que no escuchó el arduo trabajo de los delincuentes. Según se indicó, a las 21 del sábado se había activado ese sistema de alarma, pero en su recorrida los agentes no observaron ninguna situación anormal.
El hecho es casi idéntico al descubierto el lunes 9 de marzo, cuando el personal que ingresó a las oficinas del mismo establecimiento observó que una de las dos cajas fuertes del lugar había sido violentada con una amoladora.
Más tarde establecieron que los delincuentes ingresaron al predio y al galpón a través de una ventana de un sector que estaban ampliando, y también en esa oportunidad un día antes se activó la alarma del predio. El vigilador realizó en esa ocasión una recorrida por las instalaciones, pero no encontró nada anormal y desactivó el sistema sin dar cuenta a las autoridades de la novedad.