| El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, desvinculó ayer al gobierno de su postura conciliatoria con sus opositores y aseguró que su pedido de "disculpas" a los críticos fue "un gesto espontáneo". Moyano, no obstante, aseguró que tanto él como los dirigentes que lo cuestionaron, los "gordos" y los "independientes", deben revisar su actitud y "corregir errores". "Yo pedí disculpas, si alguien se sintió ofendido dije ´bueno, si dijimos algo de más pedimos disculpas´, simplemente eso. A mí nadie me dijo lo que tenía que decir, yo no sé de dónde sacan, o si la Presidenta habló con alguien de nuestro sector, no creo que haya sido así, pero conmigo no habló en absoluto de esto", señaló. Agregó: "No hablé con ningún ministro. Sí hablé con muchos compañeros". Sobre las críticas a su conducción, acusada de "personalismo", Moyano precisó que ello se debe a que entre los opositores "también hay un poco de celosía". Por su parte, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, celebró que la dirigencia gremial no haya llegado a la fractura de la CGT y confió en que concurrirán todos los representantes de la cúpula sindical el martes próximo a la reunión del Consejo del Salario. En tanto, De Narváez se sumó a las críticas de "los gordos" a Moyano, al acusarlo de ejercer una "dirección muy unipersonal" en la CGT y advirtió que tras el resultado del 28 junio "va a tener que ceder en muchísimas de las atribuciones". | |