WASHINGTON (AFP) Los acusaciones de líderes izquierdistas latinoamericanos de que sectores de Estados Unidos estarían detrás del golpe en Honduras denotan frustración y falta de comprensión del giro que Barack Obama le ha dado a la política exterior de Washington, estimaron analistas.
En los últimos días se incrementaron los señalamientos de líderes latinoamericanos de que la derecha estadounidense actuó a espaldas de Obama y respaldó el golpe de Estado que el 28 de junio derrocó al hondureño Manuel Zelaya y lo expulsó del país.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, acusa al Departamento de Estado, encargado de la política exterior norteamericana.
El boliviano Evo Morales ha lanzado sus dardos contra el Comando Sur, que dirige operaciones y vínculos militares con América Latina y el Caribe. Afirman que estas acciones se tomaron sin que Obama lo supiera.
El último en pronunciarse fue el líder cubano Fidel Castro, quien fustigó a "personajes inescrupulosos de la extrema derecha" de ser los autores intelectuales y organizadores del golpe.
"Están muy frustrados por Obama, porque él no está actuando como un imperialista, entonces esto los deja muy enojados, porque se sale del libreto de ellos", señaló a AFP el analista Michael Shifter.